La situación del Puente Rafael Urdaneta, también conocido como el Puente de Maracaibo, apunta a grave. Esto a consecuencia de años de descuido, de una gerencia rojita e incompetente y a dos incendios provocados por la ignorancia de las autoridades gubernamentales. Mientras tanto, los chavista dicen que el puente está mejor que cuando se construyó.
El Puente sobre el Lago de Maracaibo tiene más de 61 años de construido y fue, durante la democracia, una de las construcciones que más atención y mantenimiento recibió, dada la importancia estratégica de conectar la costa occidental y oriental del Lago.
Sin embargo, en socialismo, este puente (uno de los más extensos de Latinoamérica) ha ido acumulando daños estructurales, alguno de ellos a causa de dos incendios de reciente data que afectaron su construcción, sin que reciba un mantenimiento acorde con su importancia. Y a pesar de lo afirmado por las autoridades del régimen sobre el buen estado de la construcción, los verdaderos expertos difieren de las supuestas “excelentes condiciones” de la estructura.
Para la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat de Venezuela, la cual aglutina al capital humano más preparado en temas de ingeniería en el país, hay que atender “los posibles daños existentes en la estructura” de casi 9 kilómetros de longitud, ya que estos podrían “poner en peligro la seguridad de las personas y vehículos” que la atraviesan diariamente. Así lo alerta el trabajo del periodista Gustavo Ocando Alex, el cual fue publicado en La Voz de América.
La principal preocupación de los expertos de la Academia se centra en dos incendios ocurridos, el primero en 2018 y el siguiente en 2019, cuando las autoridades intentaron instalar interconexiones eléctricas a lo largo del puente. El informe de la Academia señala que dichos incendios se desataron “en el interior de las vigas-mesa de los tramos atirantados de las pilas 23 y 25” del puente.
Si este incendio fue grave, peor aún es que desde entonces no se ha realizado una verdadera evaluación de los daños provocados por el fuego, limitándose el régimen a insistir que está bien, algo que no ha sido examinado adecuadamente. Esta no sería la primera advertencia lanzada por los ingenieros. Ya lo habían hecho en 2018, 2019 y 2021, siendo irresponsablemente ignorados por las autoridades.
Por el momento, lo único que han hecho los supuestos responsables del mantenimiento del Puente Rafael Urdaneta, es excusar su incompetencia aludiendo al ya bastante utilizado y falso argumento del ficticio bloqueo. Aun así, aseguran que la construcción ha recibido tratamiento (en el que nadie cree) y que en estos momentos soporta una carga superior a la que podía soportar cuando fue construido, una aseveración que, tomando en cuenta lo que se ha hecho, sólo puede ser motivo de burla por parte de los verdaderos ingenieros. Más aún, el corrupto secretismo chavista impide el acceso a los resultados de las supuestas “revisiones” ejecutadas en la estructura.
Lo cierto de todo, es que el Puente Rafael Urdaneta se encuentra en peligro mientras se mantenga en manos de operadores rojitos para quienes las órdenes de sus superiores (y las dádivas recibidas) pesan más que el deterioro de una estructura cuyo desplome podría provocar grandes daños económicos y la muerte de innumerables venezolanos.
Fuente: versionfinal.com.ve
