Además de que cada mes les entregan menos alimentos, algunos beneficiarios denunciaron que se han enfermado por consumir productos del Clap que estaban vencidos o en mal estado.
Una encuesta de la Red Agroalimentaria de Venezuela (RAV) sobre la situación socioalimentaria en varias regiones del país, reveló que, hasta el mes de agosto, aumentó la frecuencia de entrega de las bolsas Clap respecto al año 2021, pero también aumentaron las quejas de la ciudadanía por la calidad y cantidad de productos incluidos en el programa social.
En la parroquia Sucre de Caracas, María Avendaño dice que empezó a recibir «religiosamente» la bolsa Clap, pero que debe separar la comida de mala calidad para cambiarla por productos de limpieza en los días siguientes: «Yo cambio casi todo lo que está llegando en esa bolsa, sólo nos quedamos con el arroz y unas latas de sardinas que a veces llegan. Lo demás, lo pongo en una bolsa aparte y ya el muchacho que cambia sabe que me dará tantos productos por esa comida».
Su experiencia no es nueva ni aislada. Desde la creación del sistema de distribución de alimentos subsidiados de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), no han cesado las denuncias de sobreprecios, vencimientos, descomposición y graves hechos de corrupción en la producción e importación.
También le puede interesar leer: «Expediente de Alex Saab en EE. UU. muestra los inescrupulosos manejos del CLAP»
Con todo eso, la frecuencia de entrega de las cajas Clap se ha incrementado. La encuesta de la RAV, también registró que, en agosto de 2022, el 53% de los consultados recibió el Clap en 30 días o menos, frente al 35% reportado en octubre del año pasado. Al mismo tiempo, la proporción de encuestados que recibía la bolsa Clap cada 45 o 60 días disminuyó de 23% a 9% en el mismo período.
La RAV informó que la calidad de los productos es la principal queja sobre el programa Clap en las comunidades, pero no la única. Según la consulta, los productos que traen las bolsas o cajas y la cantidad son las siguientes inquietudes más frecuentes (22% y 15%, respectivamente).
Anyelis Párraga, habitante de la parroquia San Juan en el suroeste de Caracas, aseveró que en la última bolsa que le entregaron sólo recibió: tres kilos de arroz, tres kilos de harina de maíz, dos kilos de pasta, medio kilo de mortadela y dos latas de 100 gramos de sardina.
Anyelis se lamentó: «Me parece una burla, sobre todo para las familias de menos recursos en la comunidad, porque siguen quitando productos como el aceite, el azúcar y el café, que están carísimos en los mercados. Las pocas veces que mandan granos, son de mala calidad o cuestan para cocinar».
También le puede interesar leer: «La inflación vuelve a acelerarse en la Venezuela socialista»
En el más reciente informe de diagnóstico comunitario de la plataforma HUM Venezuela se demostró que, hasta marzo de 2022, el Clap es la principal forma de abastecimiento de alimentos del 60% de los hogares encuestados, pero «su disponibilidad es muy irregular y la cantidad y calidad de los productos no cubre las necesidades».
El estudio reveló que las proteínas de origen animal, las verduras y las frutas son los alimentos que faltan o no se comen nunca en los hogares venezolanos, por sus altos costos y los críticos niveles de pobreza que sufre gran parte de la población.
En bien sabido que el salario mínimo sigue perdiendo valor por la constante devaluación del bolívar, de hecho pasó de 30 a 16 dólares en menos de seis meses, y el sueldo promedio en el sector privado no supera los 120 dólares mensuales (según cifras del Observatorio Venezolano de Finanzas). Mientras tanto, el Centro de Documentación y Análisis de los Trabajadores (Cenda) divulgó que la canasta alimentaria básica aumentó 146% desde agosto del 2021.