El reciente informe de la Misión Internacional Independiente de la ONU sobre Venezuela revela las responsabilidades de los servicios de inteligencia del Estado en la tortura y otros abusos contra opositores y disidentes.
En el documento aparecen testimonios que ponen en evidencia los graves delitos y violaciones de los derechos humanos cometidos por el Servicio de Bolivariano de Inteligencia (SEBIN) y la Dirección de Contrainteligencia Militar (DGCIM).
La DGCIM es una institución de contrainteligencia militar que tiene su sede en el estado Miranda y, teóricamente, tiene la función de impedir el espionaje interno contra el Comandante en Jefe y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, además de garantizar la seguridad y defensa de la nación venezolana utilizando técnicas operativas y avances tecnológicos.
El organismo fue creado en 1974 como Dirección de Inteligencia Militar (DIM). Luego cambió su nombre a Dirección General Sectorial de Inteligencia Militar (DGSIM), el 16 de mayo de 1977.
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Ya durante el Gobierno de Hugo Chávez, el 21 de julio de 2011, adoptó el nombre actual, Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) y su misión no es la inteligencia militar, sino la contrainteligencia. Su director es el mayor general Iván Hernández Dala y el general de división Carlos Ramón Enrique Carvallo se desempeña como subdirector.
En cuanto a su papel represor, las investigaciones de la Misión Internacional Independiente de la ONU detallan que el régimen chavista emplea los servicios de inteligencia y sus agentes para reprimir cualquier disidencia en el país.
Marta Valiñas, presidenta de la Misión, señaló que en el informe se muestra cómo el dictador socialista Nicolás Maduro habría dado órdenes directas en los casos de algunas personas detenidas por los organismos de inteligencia.
Puntualizó: «Como parte de nuestras investigaciones hablamos con diferentes fuentes de información, como las víctimas, sus familiares, representantes legales. Pero hemos tenido la oportunidad de hablar con exfuncionarios de la DGCIM y del SEBIN y otros exmiembros de las fuerzas armadas y de la policía. Estas fuentes tienen un conocimiento desde adentro, directo, de cómo recibían ciertas órdenes y quién las emitía».
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Valiñas resaltó que al darse a conocer los primeros dos documentos, más personas, que alguna vez laboraron en ambas organizaciones, están dispuestos a dar su testimonio: «Hemos notado que, a partir de la publicación de nuestro primer informe, más personas con este perfil estaban dispuestas a hablar con la Misión. Han visto los hallazgos del primer informe y han tenido más confianza para hablar con nosotros».
En el documento se incluyen los nombres de los altos responsables. El primero es Nicolás Maduro y el otro es Diosdado Cabello, número dos del chavismo aunque más relacionado con el SEBIN: «Hemos recibido informaciones que indican que estas decisiones de alto nivel se toman con la participación de otras personas, pero hemos preferido no mencionarlas porque la información no era tan sólida», agregó la funcionaria de la ONU.
Redacción: Sebastián Salazar