¿Quién fue Jesús Soto, el padre del cinetismo en Venezuela?

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El arte cinético en Venezuela fue perfeccionado y divulgado por grandes artistas, que exportaron la combinación de movimiento y color de sus creaciones a otras partes del mundo.

Jesús Soto es considerado el padre del cinetismo en el país. Nació en Ciudad Bolívar, capital del estado Bolívar, el 5 de junio de 1923, y dedicó su vida a la investigación de la unidad espacio-temporal de los objetos plásticos con el objetivo de redefinir para siempre la función del arte.

El maestro guayanés empezó su carrera artística pintando carteles de películas para los cines de su ciudad natal, hasta que fue becado por el gobierno del estado Bolívar en 1942 y pudo ingresar a la Escuela de Bellas Artes y Artes Aplicadas de Caracas, en donde se relacionó con quienes llegarían a ser íconos de las artes plásticas nacionales.

En 1947 fue designado director de la Escuela de Bellas Artes de Maracaibo. Se trasladó a París en 1950, para unirse al grupo de artistas venezolanos que formaron la revista «Los Disidentes», desde la cual promovían el abstraccionismo geométrico y se oponían a la prevalencia del arte figurativo en Venezuela, entre ellos Mateo Manaure, Alejandro Otero, Pascual Navarro, Aimée Battistini y Perán Erminy.

Como parte del grupo de artistas que pertenecían a la diáspora venezolana, Soto participó en la exposición «Le mouvement» de 1955, en la Galería Denise René de París, Francia. Ese fue uno de los eventos que impulsó el movimiento cinético a nivel mundial.

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A partir de entonces, el abstraccionismo sería la tendencia que marcaría su trabajo y su creación. El sello del arte de Soto son los objetos lineales que se superponen en ángulos y dimensiones distintos, pero estrictamente pensados, imponiendo al espectador la ilusión de que están en movimiento, aunque realmente están fijos. Sus obras se caracterizan por la repetición de figuras, incluyendo la mezcla de colores y movimientos, para crear el «cinetismo» según el ángulo de observación

Una vez definido su estilo, el maestro Soto ganó en 1960 el Premio Nacional de Artes Plásticas de Venezuela y se consagró absolutamente como artista de notoriedad internacional en 1963, al inaugurar una gran exposición retrospectiva en el Museo de Arte Moderno de París.

Siguió un período de 20 años en los que expuso sus obras en los museos más prestigiosos como el Guggenheim y el MoMA de Nueva York, el Centro Georges Pompidou de París y el Museo Reina Sofía de Madrid.

El 25 de agosto pasado se celebraron 49 años de la fundación del museo Jesús Soto en la ciudad natal del artista. Es el hogar de más de 700 obras de incalculable importancia y fue inaugurado en 1973 por el entonces presidente Rafael Caldera. Hoy en día, el museo es administrado por el hijo del artista.

Entre sus obras más famosas se destacan:

La Esfera de Caracas

Esta obra, conocida popularmente como la Esfera de Soto, se encuentra en la autopista Francisco Fajardo de Caracas. Se llevó a cabo durante el segundo gobierno de Rafael Caldera, en 1996, como parte de un ambicioso plan para embellecer la capital. No tardó en convertirse en un símbolo de la ciudad y un sitio de esparcimiento.

Progresión en Amarillo

Como su nombre lo indica, es una obra de arte en la que el color amarillo es el protagonista visual, acompañado del evocador movimiento propio del cinetismo de Soto. Está emplazada en la estación Chacaíto del Metro de Caracas desde 1982.

Penetrable azul

Es una de sus esculturas «penetrables», es decir, las puedes atravesar caminando e interactuar con ellas sin reserva alguna, una de las muchas versiones de Soto de este tipo de arte que requiere la participación del espectador. Esta obra se inauguró en 1999 en Francia, en el museo Chateau Lacoste.

Jesús Soto falleció en París, el 14 de enero de 2005, a los 81 años. El nombre del artista es reconocido y respetado en museos nacionales e internacionales. De igual manera, sus creaciones engalanan las calles, universidades y otros espacios de varias ciudades de Venezuela, lo que sigue cautivando a los amantes del arte.

Redacción: Sebastián Yáñez

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