Dictadura defiende detención ilegal de norteamericanos

Internacionales

Son varias las denuncias de que el régimen dictatorial de Nicolás Maduro está deteniendo norteamericanos de manera ilegal, como una estrategia para contar con rehenes que le permita negociar con la Casa Blanca. Afirmación que el mitómano de Miraflores, por supuesto, niega.

Hace poco, el gobierno de los Estados Unidos recordó que el veterano de la marina, Matthew Heath se encuentra detenido en Venezuela de manera arbitraria en un cautiverio que lleva ya dos años.

En una nota de prensa que se dio a conocer en su página web, el departamento de Estado norteamericano denunció que «Matthew fue arrestado en septiembre de 2020 sobre la base de cargos falsos. Y el proceso judicial en su contra sigue su curso».

Señaló que, ante esto, Antony Blinken, secretario de Estado, se encuentra «abocado personalmente a traer de vuelta a nuestro país a los ciudadanos estadounidenses que sean rehenes o hayan sido detenidos ilegalmente».

Indicó también la nota del departamento de Estado norteamericano que «Seguimos interpelando al régimen de (Nicolás) Maduro para que libere en forma inmediata e incondicional a Matthew. Y también a todos los demás ciudadanos estadounidenses detenidos indebidamente en Venezuela».

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Como era de esperarse de la dictadura socialista, esta rechazó las acusaciones de los Estados Unidos. Según la narrativa chavista, Matthew Heath fue detenido por supuestos «delitos graves» por lo que se trata de una detención «legítima».

Conviene recordar que Venezuela se encuentra en observación por la manera como Maduro manipula la justicia, convirtiendo cualquier abuso del régimen, en un acto «legítimo» gracias a la incondicional sumisión de los «magistrados» del vergonzoso Tribunal Supremo de Justicia rojito.

Desde Caracas se indica que «El gobierno de Venezuela rechaza el pronunciamiento del Departamento de Estado de los Estados Unidos, en relación con ciudadanos estadounidenses legítimamente privados de libertad en el país. Por su presunta responsabilidad en la comisión de delitos graves y que, en su mayoría, se encuentran convictos y confesos de los crímenes que se les imputan».

Según los cómplices de la dictadura bananera de Nicolás Maduro, el país al que tienen sometido es un «Estado democrático y social de derecho y justicia», en un intento por sostener la mentira de la «independencia de los poderes» y del supuesto respeto por las leyes.

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Lo cierto es que la violación a los derechos humanos y al debido proceso en los juicios está a la orden día; se trata de una política de Estado con años de uso, bastante denunciada y suficientemente documentada.

La cancillería de la dictadura chavista también criticó que el gobierno norteamericano insista en «su pretensión de conferir una inaceptable inmunidad o patente de corso a sus nacionales. Es un desprecio absoluto a la soberanía y autodeterminación de los pueblos».

Así mismo, asegura pomposamente que «Venezuela, en toda circunstancia, hará respetar las leyes de la nación y sus instituciones democráticas. En ese sentido, reivindica los espacios y canales abiertos con los Estados Unidos, en búsqueda del entendimiento en torno a temas de la relación bilateral».

Ya el pasado mes de marzo, Caracas dejó en libertad a dos estadounidenses, en lo que algunos tradujeron como una negociación entre la dictadura y la administración Biden. Dicha liberación, como era de esperarse, no resultó gratuita y abundan los rumores de que el régimen socialista pidió acceso a activos congelados y la eliminación de la lista de sancionados por los Estados Unidos de algunos nombres relacionados con el chavismo.

Como vemos, los beneficios a los que aspira Maduro & Cía. apuntan a la liberación de sus cómplices y el acceso a más dinero, el cual desaparecerá en una neblina roja rojita, mientras el país seguirá sufriendo las consecuencias de la dictadura más cínica y brutal de su historia.

Redacción: Juan Pablo Peñaloza

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