Jorge Rodríguez y sus ridículas excusas para evadir el diálogo

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Hablar de Jorge Rodríguez, es hablar de uno de los individuos más mentirosos y poco confiables del chavismo. Su elección como ficha de la dictadura para el diálogo con los factores democráticos de la oposición, se basa en su total falta de honor para mantener la palabra empeñada y una asombrosa capacidad para complicarlo todo, siguiendo caninamente las órdenes emitidas desde Miraflores.

En pasados días surgió un escándalo que involucra a un avión venezolano-iraní, el Boeing 747-300 con matricula YV3531, y cuyo resultado fue la inmovilización de dicho avión en territorio argentino y la detención de parte de la tripulación hasta que culminen las investigaciones. Resumiendo lo sucedido, el avión realizó una ruta irregular en el espacio aéreo de Argentina, lo que levantó las alarmas. Y cuando las autoridades lo investigaron, descubrieron elementos que relacionan al avión, y a parte de su tripulación, con movimientos terroristas iraníes.

Si embargo, en la estrecha (cada vez más estrecha) mente de Rodríguez, todo esto es una maniobra internacional para apoderarse de la aeronave. Siguiendo el desgastado discurso de siempre, acusó a los Estados Unidos de estar detrás de esto y al gobierno de Argentina -aliado ideológico de Maduro-, de ser títeres a las órdenes de la Casa Blanca.

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La reacción argentina, apegada a derecho y con separación de poderes, hizo que la írrita AN rojita se rasgara las ropas para reclamar la devolución inmediata del avión y sus tripulantes. Y, de paso, justificar el nuevo saboteo a los diálogos de México. Señalaron los falsos parlamentarios que «No nos vamos a mover en cosas de diálogo, ni nada de esas cosas. Nos devuelven el avión y a esos tripulantes o salimos a la calle, vamos a combatir en todos los espacios».

En esta nueva novela chavista, no podía faltar el tema de Alex Saab, el barranquillero convertido en hombre de confianza de Maduro, que hoy en día se encuentra detenido en los Estados Unidos a la espera de un juicio por corrupción y lavado de dólares.

Ya Alex Saab fue utilizado como excusa para suspender el anterior diálogo al insistir en su presunto estatus de diplomático venezolano, algo constitucionalmente imposible, ya que Saab es extranjero, lo que le impide ser parte del servicio exterior de Venezuela. Por supuesto, esto no le importa a Rodríguez ni a Maduro, su patrón.

En uno de sus ya acostumbrados ataques de recargado histrionismo, Rodríguez aseguró que la decisión de la justicia argentina era «… un vulgar secuestro del avión. Son ladrones de un bien que no les pertenece, así de simple (…) Esa fiscal (argentina, Cecilia Incardona) es una empleada de la Embajada de EEUU, no me vengan con independencia del Poder Judicial en Argentina y si lo van a decir que empiecen por meter presos a jueces y fiscales corruptos».

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A renglón seguido, pasó a una lacrimosa declaración al afirmar que «Venezuela jamás permitiría que los derechos humanos de un argentino fueran violados de esa forma. A un capitán le quitaron el pasaporte y su documento de identidad. Eso es ilegal, el carnet de piloto de su padre fallecido, eso no es humano. Venezuela protegió a miles de argentinos que huyeron de la dictadura de Pinochet».

Muchos coinciden en que lo único que le importa a este siniestro personaje en cuanto a la retención del avión, es lo que se pueda descubrir en el transcurso de las investigaciones. Hasta el momento se ha determinado que por lo menos uno de los pilotos tenía relación con grupos terroristas y que el misterioso ingreso del avión al territorio argentino oculta algo importante.

Independientemente de esto, está claro que lo del avión retenido en Argentina es una grotesca escusa para no cumplir con el compromiso de retornar a los diálogos. En el supuesto caso de que el avión fuera liberado, podemos estar seguros de que Rodríguez buscaría otra excusa tan o más ridícula que la actual para suspender los diálogos, en una cadena de sabotajes sin fin.

Redacción: Juan Pablo Peñaloza

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