Chavismo premia a militares leales con más embajadas

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Para Maduro, los militares serviles son el soporte de su dictadura, por lo que conviene tenerlos contentos para que sigan oprimiendo al pueblo. Y una de las ofertas más tentadora que se les puede hacer es la de convertirlos en embajadores en el extranjero, en especial en los países ideológicamente afines al chavismo. Y es que en socialismo, traicionar a la patria tiene sus beneficios.

Desde que el nefasto Chávez llegó al poder, se hizo común la presencia de militares en el servicio exterior de Venezuela. No importaba su ignorancia sobre temas internacionales o su desconocimiento de la dinámica de los diferentes países. Ellos no fueron seleccionados para ser útiles a Venezuela, sino para representar a la ideología criminal que acabó llamándose chavismo.

Debiendo Maduro su supervivencia a los militares deshonestos, no es de extrañar que continuara con esta politiquería tercermundista. Por esto la AN írrita autorizó que tres generales fueran nombrados embajadores.

Los militares premiados por el chavismo con una buena vida en el extranjero son: el general en Jefe (Ej) Carlos Mata Figueroa, en Catar. El mayor General (Ej) Jesús Rafael Salazar Velázquez, en Rusia y el mayor General (Av) José Rafael Silva Aponte quien no pasará necesidades en Irán.

Según un trabajo realizado por TalCual, para julio de 2019 la dictadura tenía a embajadores de bota en Egipto, Bielorusia, Irán, Líbano y Catar. Entre los militares beneficiados por esta medida hay algunos que comenzaron sus viajes por el mundo de la mano de Chávez. Y al igual que es común con los ministros, algunos han sido reciclados de embajada en embajada sin aportar nada útil a la nación.

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En una nota publicada por Control Ciudadano se explica, de manera sencilla, la razón del por qué se premian a militares con cargos diplomáticos: «La designación de militares en el servicio exterior se ha constituido en un incentivo de lealtad que Nicolás Maduro Moros proyecta hacia los altos mandos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, asegurando por esta vía, la visión de continuidad para los militares, en el ejercicio de cargos importantes y bien remunerados al servicio del Estado, una vez que pasan a la reserva activa».

Pero, ¿quiénes son estas nuevas joyas que dan la cara por la dictadura de Nicolás Maduro?

En primer lugar, tenemos al general en Jefe Carlos Mata Figueroa, quien fue premiado con la embajada de Catar. Entre 2010 y 2012, Mata Figueroa fue ministro de la Defensa al servicio de Chávez, además de ser Inspector General y dirigir la Academia Militar de Venezuela. Y esta no es la primera vez que disfruta, en el extranjero, de la tranquila vida que le niega a los venezolanos. Desde 2018, fue cónsul general en el Consulado de Venezuela en Aruba-Reino de los Países Bajos, según se indica en la Gaceta Oficial Nº 41.342 del 16 de febrero de dicho año.

El anterior embajador en Catar fue el mayor general retirado Giuseppe Yoffreda Yorio, comandante de la Aviación entre 2013 a 2014. También se le premió como ministro de Transporte Acuático y Aéreo: otro militar al servicio del socialismo en el cargo que le correspondía a un civil con preparación para asumir dichas responsabilidades. Además, también fue ubicado como director general de la Corporación Venezolana de Comercio. Ya se comprenderá el pobre desempeño de estos entes.

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El mayor general (Ej) Jesús Rafael Salazar Velázquez es el designado a vacacionar en Rusia. También fue director general del Centro Estratégico de Seguridad y Protección de la Patria desde 2019. Salazar Velázquez fungió como jefe de estado mayor de la Guardia de Honor Presidencial, cargo que detentó por tres años, entre 2011 a 2014.

Fue comandante de la Guardia de Honor Presidencial entre 2014 a 2016. Su desempeño en pro de la dictadura dio sus frutos cuando le ascendieron, en 2015, a ministro del Poder Popular del Despacho de la Presidencia y Seguimiento de la Gestión de Gobierno. Recordemos que tanto Chávez como Maduro sacan cargos bajo la manga a medida que necesiten condicionar a sus vasallos.

En cuanto al premiado con el cargo de embajador en la República Islámica de Irán, la retribución cayó en las manos del mayor general José Rafael Silva Aponte. Aponte viene de haber dirigido la Aviación. También fue comandante de la Región Estratégica de Defensa Integral, REDI, los Llanos. Asimismo, estuvo como director de la Dirección de Apresto Operacional del Estado Mayor General de la Aviación Militar y comandante de la base aérea El Libertador, en Palo Negro, estado Aragua.

Como vemos, traicionar a Venezuela y a su pueblo no es algo que le incomode a los militares mientras esperan su recompensan, como parece ser el caso de las embajadas. No se necesita conocimientos, ni principios, ni honor. Basta ambición, deshonestidad y, sobre todo, una canina sumisión a lo que un dictador de indefinible nacionalidad decida desde Miraflores.

Redacción: Juan Pablo Peñaloza

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