Al cambiar el gobierno en Colombia, es normal que se implemente la visión que el presidente entrante tiene sobre el funcionamiento de su país. Y esto involucra, como es evidente, la política exterior. Esto nos lleva a preguntar: ¿apoyará el presidente entrante a la democracia en Venezuela, tal como lo hizo su predecesor, o será un aliado de la dictadura chavista que está destruyendo al país? Veamos.
El pasado jueves 28 de julio Álvaro Leyva, futuro canciller de Colombia en representación del gobierno de Gustavo Petro, se reunió con una de las fichas de la dictadura socialista de Venezuela, Freddy Bernal, para hablar, entre otras cosas, sobre la apertura de la frontera que se espera se haga efectiva, por el lado de Venezuela, el 7 de agosto. Recordemos que, por parte de Colombia, la frontera fue abierta por el presidente saliente Iván Duque hace ya un año, siendo el régimen chavista quien mantiene obstaculizado su funcionamiento.
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Se supo que en la reunión realizada entre ambos funcionarios se conversó sobre el fortalecimiento de los «lazos de amistad y cooperación», mismos que fueron suspendidos por orden de Miraflores. También se habló de diferentes temas de interés nacional, así como los pasos a seguir para cimentar una relación binacional basada en la paz, respeto y entendimiento mutuo.
Si bien esta reunión abre un futuro positivo para el desarrollo de la frontera, llamó la atención que Álvaro Leyva no contactara a ningún representante de la oposición democrática del gobierno interino de Juan Guaidó. Algo que, a pesar de todo, tampoco resulta una sorpresa.
Recordemos que el recién elegido presidente de Colombia, siempre expresó su deseo de reanudar relaciones con la dictadura socialista de Nicolás Maduro. Esto genera una interrogante sobre lo que sucederá con el gobierno interino de Venezuela, adversario a nivel nacional e internacional del chavismo. ¿Seguirá Colombia reconociendo a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, o es de esperarse un cambio radical a esta postura?
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Para Felix Arellano, profesor e internacionalista, la posición del presidente electo de Colombia puede llevar a un distanciamiento paulatino con el interinato venezolano. Explica que «Ya los hechos evidencian que en política exterior colombiana va a cambiar la postura ante el respaldo al gobierno interino». Considera factible que Petro siga apoyando los diálogos y una posible salida de Nicolás Maduro, siempre por medios pacíficos.
De ser así, es de esperarse que la relación de Bogotá con la oposición venezolana se caracterice por la prudencia, dejando a un lado el abierto apoyo demostrado por el gobierno saliente. Considera Arellano que el peligro para la lucha democrática que se está librando en Venezuela, en todos los frentes, es la posición de los grupos radicales de izquierda en Colombia.
Es posible que estos grupos afines con el régimen criminal de Miraflores, soliciten a Gustavo Petro desconocer de manera inmediata y total a Juan Guaidó y al gobierno que representa. Hasta el momento no ha habido comentarios oficiales por parte del interinato sobre la reunión sostenida entre el canciller Leyva con representantes del chavismo.
Redacción: Juan Pablo Peñaloza