El cáncer de próstata mata a más de 3.000 venezolanos al año

Salud

La próstata es un órgano masculino, una glándula ubicada debajo de la vejiga y alrededor de la primera parte de la uretra, que es el conducto que se extiende entre la vejiga y la punta del pene.

El médico urólogo Ricardo Soto-Rosa explica que «el cáncer de próstata es el más frecuente en el hombre y ya es la primera causa de muerte, aunque se cura siempre y cuando se diagnostique a tiempo. De allí la necesidad y la insistencia de informar y educar a la población, para que a partir de los 40 años de edad acuda una vez al año a practicarse el chequeo urológico».

La Sociedad Anticancerosa de Venezuela destacó que este tipo de cáncer en el país reviste cierta importancia debido a la evolución anual observada, que «según el último estudio de los pronósticos de la mortalidad e incidencia del cáncer en el país (2019), la enfermedad ocupó el primer lugar por mortalidad, con 3436 fallecidos».

De igual manera, la institución informó que se producen cerca de 7.200 casos nuevos al año. Acotó que este tipo de cáncer se diagnóstica con mayor frecuencia entre los 65 y 74 años de edad y la mayor mortalidad ocurre a partir de los 75.

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La forma de la próstata es parecida a la de una nuez y pesa unos 20 gramos. Su principal función es producir algunas sustancias que constituyen el semen, y otras que lubrican el conducto y protegen el tracto urinario y las vías espermáticas de posibles infecciones.

El cáncer es un proceso descontrolado de multiplicación celular, esto significa un crecimiento exponencial en su número y cambios drásticos en sus características, que pueden degenerar en tumores malignos.

Soto-Rosa advirtió que «el cáncer de próstata no ocasiona ningún síntoma, a menos que esté muy avanzado, y generalmente sus manifestaciones son ocasionadas por metástasis a distancia, en especial de los huesos, como vértebras o fémur que se debilitan y fracturan».

Son 3 los pilares fundamentales del diagnóstico. El primero es el examen físico donde el urólogo palpa la glándula para percibir la presencia de alguna dureza o irregularidad.

El segundo pilar es un examen conocido como el PSA o Antígeno Prostático Específico. El valor que arroje deberá ser cotejado con el examen físico y comparado con algún valor anterior, la edad del paciente, la relación entre sus dos fracciones, entre otras consideraciones.

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El especialista aclara que a veces «el alerta lo da el PSA alterado, teniendo un examen físico normal, y otras ocasiones es al contrario, el PSA es normal, pero el examen físico es donde surge la inquietud». Al respecto agregó: «En caso de que exista la sospecha, se procede con el tercer pilar que es la práctica, bajo sedación, de un eco prostático a través del recto, con toma de biopsias».

El urólogo recordó que «actualmente, contamos con otros estudios adicionales como la resonancia magnética de la próstata, que nos permiten tener imágenes que identifican áreas sospechosas, donde haremos énfasis al momento de practicar la biopsia».

Igualmente sostuvo: «También existen pruebas genéticas que nos orientan en la posibilidad de que un paciente pueda tener cáncer o que lo pueda desarrollar en un futuro, así como su grado de agresividad, que determinarán cuál es la mejor opción de tratamiento para cada paciente en particular».

Para finalizar, el médico insistió en que «el cáncer de próstata puede ser tratado de diferentes maneras de acuerdo a tamaño y localización del tumor, grado de diferenciación, extensión hacia otros órganos así como las condiciones del paciente».

Redacción: Sebastián Yáñez

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