Desde siempre, el chavismo ha intentado apoderarse del control estudiantil en las universidades, utilizando cualquier medida sin importar lo ilegal que esta fuera. Sin embargo, la UCV, la Universidad Central de Venezuela, se ha sacudido esta plaga roja al ganar 10 de las 11 facultades con planchas de la oposición. Un triunfo que debe tener desesperados a los infiltrados rojitos en esta casa de estudios superiores.
Según lo señalado por Cecilia García Arocha, rectora de la Universidad Central de Venezuela, las fuerzas democráticas presentes en la UCV dieron un ejemplo de unidad y resistencia al prácticamente desaparecer la relevancia del chavismo retrógrado en sus facultades. Y es que de las 11 facultades que conforman a la Universidad, la oposición se hizo con 10 de ellas durante las elecciones realizadas ayer miércoles.
Señala la rectora que «Hubo una gran presencia de egresados en la universidad, se notaba la alegría y la emoción en el recinto(…) Lo importante es que, a pesar de todo, la afluencia de egresados y la presencia de los puntos rojos no influyó en la expresión de voluntad del elector».
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La única facultad en la que ganó el chavismo fue en la de Humanidades y Educación, en la que la competencia de dos planchas opositoras dividieron los votos en favor de la corriente socialista. Aclaró la rectora Arocha que «las elecciones transcurrieron con tranquilidad. No hubo situaciones que lamentar, aun cuando el oficialismo puso sus puntos rojos y llevó comida y bebidas. Hubo diputados y ex gobernadores del oficialismo ejerciendo el voto».
En opinión de Amalio Belmonte, secretario de la UCV, se trató de «… un acto de fiesta civilista de la Universidad Central de Venezuela». Indicó el secretario que el resultado de las elecciones tienen dos lecturas: la primera tiene que ver con la relevancia académica, ya que los egresados pudieron designar a quienes van a hacer oír sus voces en las decisiones de importancia dentro de la Universidad.
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La segunda lectura tiene un corte político. Explicó Belmonte que «Hay un valor político porque esto es un fortalecimiento de la democracia universitaria, de los valores democráticos de la institución, de la autonomía, de la libertad académica y en general, ante cualquier proceso electoral hay reserva y desconfianza entre los votantes. Pero aquí no hay desconfianza, confían en su alma mater porque su voto va a ser respetado y tomado en cuenta».
En todo caso, la jornada del pasado miércoles es una demostración clara que mientras el ADN del chavismo es el totalitarismo y la dictadura, el de la juventud universitaria siempre será el de la democracia, la libertad y la dependencia. Un mensaje que debe tener molesto al indocumentado de Miraflores.
Redacción: Juan Pablo Peñaloza