Una de las promesas realizadas por el recién elegido presidente de Colombia, Gustavo Petro, era la de abrir la frontera. De hecho, ya ha iniciado contactos con la dictadura venezolana para lograr este objetivo. Sin embargo, ¿qué exigirá Nicolás Maduro para acceder a esta apertura?
Desde 2019, el régimen chavista decidió, unilateralmente, cerrar la frontera entre Venezuela y Colombia a raíz del reconocimiento del presidente Iván Duque al recién proclamado presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó.
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En una decisión impulsada más por el ego del indocumentado que por algún razonamiento mínimamente diplomático, se cortó el lazo que unía a venezolanos y colombianos por siglos. Nunca, ni siquiera durante el gobierno de Juan Vicente Gómez o el de Marcos Pérez Jiménez, se había llegado a semejante insensatez.
Me he comunicado con el gobierno venezolano para abrir las fronteras y restablecer el pleno ejercicio de los derechos humanos en la frontera.
— Gustavo Petro (@petrogustavo) June 22, 2022
Durante todo este tiempo, la frontera pasó a convertirse en territorio manejado por las guerrillas y grupos irregulares a los que se asocian con el gobierno socialista de Caracas. A esto se les suman los colectivos y los propios militares venezolanos, quienes se han convertido en una verdadera plaga que amedrentan y extorsionan a los migrantes que tratan de huir del gobierno totalitario implantado por Miraflores.
Esta situación ha servido para enriquecer a grupos al servicio del chavismo, quienes actúan de manera impune para traficar drogas, gasolina, mercancía, así como extorsionar a los migrantes que utilizan las trochas y hasta impulsar la trata de blancas.
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La decisión de Gustavo Petro, sencilla en apariencia, puesto que la apertura es un clamor tanto de venezolanos como de colombianos, implica una gran complejidad en la realidad. ¿Qué solicitará el dictador de Miraflores para aceptar esta apertura? ¿La expulsión de los disidentes venezolanos que se encuentra en Colombia? ¿La expulsión de los migrantes venezolanos quienes podrían verse obligados a regresar a Venezuela y ser parte de la esclavitud moderna que institucionalizó el chavismo? ¿Qué pasará con los grupos que se han hecho millonarios con el tráfico fronterizo bajo la protección de Caracas? ¿Aceptarán quedarse si los ingresos que los sostienen?
Como venezolanos, esperamos lo mejor tanto para Venezuela como para Colombia. Por desgracia, la experiencia nos demuestra que cuando el chavismo cede en algo, casi siempre es en perjuicio de los millones de venezolanos atrapados en la que fuera una de las democracias más sólidas de América Latina, convertida ahora en una prisión llena de miseria y necesidades.
Redacción: Juan Pablo Peñaloza