Los empleados de PDVSA no pueden entrar a las instalaciones de El Palito desde finales de mayo. Y aunque acudieron a la Inspectoría del Trabajo, no han recibido información de la estatal petrolera.
El pasado 27 de mayo, las personas que laboraban de la refinería de El Palito recibieron una llamada de sus superiores en la que les decían que estaban suspendidos temporalmente y que a partir del lunes siguiente no podrían acceder a las instalaciones.
La medida se materializó el 30 de mayo, cuando los empleados acudieron a trabajar y se encontraron con un listado en la entrada de la refinería con los nombres de quiénes tenían permitida la entrada.
Un trabajador, que prefirió conservar su anonimato por temor a represalias, relató a Crónica Uno: «El 27 de mayo nos informaron que no podíamos entrar a nuestros puestos de trabajo. Nos llamaron nuestros jefes y no nos han vuelto a decir nada, no se han comunicado con nosotros, lo que nos han dicho es que hay una suspensión temporal y que no estamos despedidos».
La Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela (FUTPV) refirió que unos 800 trabajadores fueron despedidos de forma indirecta. Hasta el momento, los afectados manifiestan que desconocen por qué la empresa los envió a sus casas y que tampoco han sido informados sobre el sueldo de la primera quincena de junio y las que vienen.
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Los trabajadores han pedido asistencia a la Inspectoría del Trabajo, mientras que el sindicato que los representa sugirió las mesas de negociación: «La realidad es que no sabemos cómo serán conformadas las mesas, es una total oscuridad, el trabajador afectado no sabe nada, estamos evaluando y primeramente ampararnos ante el ministerio».
José Bodas, secretario general de la FUTPV, señaló que la LOTTT establece que ningún patrono, privado o público, puede suspender a los trabajadores sin una justificación: «Los funcionarios tienen que argumentar la causa de esa suspensión. Esto no es nuevo, esto de desconocer la ley y la convención colectiva. Aquí estamos hablando del despido indirecto de 50 % de los trabajadores de refinería El Palito».
Tareck El Aissami, ministro de Petróleo, denunció el 4 de junio un intento de sabotaje contra el sistema eléctrico de la refinería El Palito, en el estado Carabobo. Según el comunicado, este supuesto atentado fue «planificado desde Colombia por el gobierno de Iván Duque».
En Twitter, PDVSA publicó: «Ante esta acción vandálica se ha ordenado redoblar la seguridad en la refinería El Palito, a fin de garantizar la estabilidad operacional para seguir produciendo el combustible de nuestro pueblo». Pero la escasa información dada a los trabajadores no les permite saber si esta es la causa de su suspensión temporal.
José Bodas no cree que esta sea la causa de los despidos, porque los trabajadores son los primeros que enfrentan cualquier eventualidad de esa naturaleza, «ellos corren el primer riesgo».
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Además, apuntó que la tesis del «sabotaje» es usada frecuentemente por el gobierno: «No es primera vez que dice esto y lo dice sobre todo cuando va a agredir a los trabajadores. Nosotros condenamos todo tipo de sabotaje y decimos claramente que presenten pruebas, porque ni a los trabajadores, ni al pueblo le presentan pruebas de esos supuestos sabotajes».
De acuerdo al Ministerio de Petróleo, tras realizar una inspección del sistema eléctrico de El Palito «se pudo evidenciar una falla inducida en la línea de transmisión 115, afectando los equipos de protección y provocando la ruptura de los conductores de la línea principal. Y actos de manipulación en los sistemas eléctricos ubicados dentro de cada una de las estructuras de la refinería».
La Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela aseguró que tampoco hay garantías para los trabajadores que continúan laborando: «La incertidumbre es tanto para los que están fuera como para los que están laborando, cuando se materializa un precedente tan grave como estos despidos indirectos de 800 trabajadores, no es normal, hay un temor en la clase trabajadora de El Palito».
Por último, agregó que en el grupo del personal suspendido hay trabajadores a los que apenas les faltaba un año para jubilarse o que estaban de vacaciones y no tienen claro qué va a pasar con ellos.
Redacción: Alicia Salazar