Una táctica que ha demostrado el chavismo para evadir sus responsabilidades, es crear enemigos imaginarios a quienes culpar de sus propia corrupción. Así lo hizo el nefasto Chávez y así lo está haciendo el indocumentado. Ahora, para justificar el desastre en el que tienen al sistema de salud nacional, se inventaron las «mafias hospitalarias».
En hospitales de Venezuela escasea de todo, desde insumos médicos hasta material de limpieza, pasando por papel para oficina. Desde siempre se ha sabido que esto se debe a que lo que se asigna al sector salud (que, de por sí, es un presupuesto ridículo), es desviado a otros destinos sin que nadie se preocupe por hacer seguimiento de este dinero.
Por esto, para no realizar investigaciones de un problema que apunta a la corrupción de quienes manejan los dineros destinados al sector salud, a Maduro se le ocurrió inventarse el cuento de las «mafias hospitalarias», asegurando que están integradas por trabajadores de este sector. Acusación que ha desatado una cacería de brujas en una área ya bastante golpeada por la falta de presupuestos, exceso de trabajo, sueldo de miseria y constante amenazas de las directivas impuestas desde Caracas.
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A consecuencia del cuento sobre las mafias hospitalarias, se han distribuido en todos los hospitales «inspectores secretos» que no son más que soplones (sapos, en el argot criollo), que, según ellos, espían a los trabajadores que «roban» insumos hospitalarios. Lo absurdo es que estos insumos que supuestamente se roban, en realidad no han llegado a los hospitales, ya que no hay partidas para su adquisición. Más ridículo, imposible.
Esto hace que los soplones del indocumentado presionen y amenacen a todos los trabajadores, llegando al arresto de algunos de ellos, actuando al peor estilo de los comisarios políticos típicos de los regímenes comunistas.
Lo cierto es que, ante la mendicidad en la que se encuentran los hospitales, son los pacientes quienes deben adquirir los insumos para ser atendidos. Incluso, deben comprar los guantes que los cirujanos utilizan para los procesos médicos.
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Para los trabajadores del sector salud, el culpable directo de esta crisis es Nicolás Maduro, juntos con los directores de los hospitales que son designados por el Ejecutivo chavista y son quienes, a fin de cuenta, manejan de forma discrecional el poco dinero que es enviado a los centros de salud.
Según el líder sindical Pablo Zambrano, secretario ejecutivo de Fetrasalu, «No hay insumos en los hospitales y quieren aparentar que llevan insumos a los hospitales para dejar a los trabajadores como ladrones».
Zambrano propone, como medida de transparencia, que todos los hospitales de Venezuela publiquen el inventario de lo que en realidad reciben. Sin embargo, esta idea colisiona con la opacidad del régimen chavista el cual oculta esta información, además de los indicadores de salud como mortalidad materna e infantil.
Redacción: Luis González
