El cambio climático aumenta el riesgo de una nueva pandemia

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Los expertos indican que el desplazamiento de los animales por el cambio climático podría conducir a la aparición de enfermedades, superando a la agricultura industrial y la deforestación.

El cambio climático ha causado importantes alteraciones en la temperatura del planeta. Un informe de la agencia meteorológica de la ONU reveló que existe un 50% de probabilidades de que, en los próximos cinco años, el calentamiento global sobrepase los 1,5 °C.

Debido a eso, muchos animales han comenzado a desplazarse hacia hábitats más favorables y benignos, en la mayoría de los casos acercándose a los grandes núcleos de población humana. Esto es sumamente peligroso por dos razones. En primer lugar, aumenta el riesgo de ataques de la fauna salvaje y, además, se incrementa el riesgo de futuras pandemias.

Es bien sabido que los animales son portadores de microorganismos nocivos que podrían transmitirse a los humanos que están próximos o tienen contacto con los mismos objetos, como ya ha sucedido con el ébola y el Zika. De hecho, se cree que esto es lo que ocurrió con el SARS-CoV-2, el virus causante del COVID-19, cuyo origen se ubicó en el mercado de la ciudad de Wuhan, en China.

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Los resultados de un estudio de la Universidad de Georgetown, en Estados Unidos, ha vinculado el cambio climático con un riesgo mayor de transmisión viral de animales a seres humanos. Principalmente, por las migraciones a nuevas áreas con mejores condiciones para la vida salvaje, movimientos directamente provocados por sequía, inundaciones o aumento de temperaturas en su hábitat de origen.

Los expertos proyectan que, durante el desplazamiento hacia nuevas áreas, los animales compartirán miles de virus. Estos cambios proporcionan mayores oportunidades para que virus similares al ébola o los coronavirus aparezcan en nuevas zonas y en distintos tipos de animales, haciéndolos difíciles de rastrear y provocando que los patógenos salten hacia los humanos.

Colin Carlson, uno de los autores del estudio, explicó: «La analogía más cercana es en realidad los riesgos que vemos en el comercio de vida silvestre. Nos preocupamos por los mercados porque reunir animales no saludables en combinaciones antinaturales crea oportunidades para este proceso gradual de emergencia, como la forma en que el SARS saltó de los murciélagos a las civetas, y luego de las civetas a las personas. Pero los mercados ya no son especiales; en un clima cambiante, ese tipo de proceso será la realidad en la naturaleza en casi todas partes».

Según se detalla en la publicación de la revista Nature, el planeta ha aumentado su temperatura hasta 1,2º C desde el año 2021, lo que ha provocado que los animales migren de sus zonas naturales. Si sumamos los escasos esfuerzos a nivel global para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, es posible que no se pueda evitar el aumento de los contactos entre la población humana y los animales salvajes.

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Una de las advertencias de la investigación, es que el aumento de la temperatura tendrá un particular impacto en los murciélagos, un animal que puede volar largas distancias hasta zonas recónditas donde compartirá una gran cantidad de virus. Esto es un factor crítico, especialmente en el sureste de Asia, donde la población de murciélagos es cuantiosa y de gran diversidad.

Carlson destacó: «Cuando un murciélago brasileño de cola libre llega hasta los Apalaches, debemos invertir en saber qué virus lo acompañan. Tratar de detectar estos saltos de huésped en tiempo real es la única forma en que podremos evitar que este proceso provoque más contagios y más pandemias. Estamos más cerca que nunca de predecir y prevenir la próxima pandemia».

En conclusión, el estudio asegura que una de las posibles soluciones a este grave problema sería combinar investigaciones en tiempo real del cambio ambiental con la vigilancia de enfermedades de la vida silvestre.

Redacción: Sebastián Yáñez

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