La salud mental de los venezolanos también está en crisis

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Toda crisis conlleva un choque psicológico para los afectados. Y en el caso de la crisis provocada por el chavismo a lo largo de más de dos décadas, la presión sobre los venezolanos que se ven obligados a llegar al extremo para sobrevivir, ha generado problemas de salud que no son atendidos de manera rápida y adecuada. Una tragedia silenciosa que se agrega al calvario de vivir en socialismo.

Los síntomas asociados a la ansiedad, una condición presente en gran parte de los venezolanos, puede llegar a afectar gravemente a las personas. Como indica Carlos Díaz, de 54 años, quien presenta dicha condición, «Esta enfermedad es un infierno. Te atrapa, te atrapa y te va consumiendo».

En su caso, Díaz presentó vista nublada, falta de apetito y de sueño. Incluso, le era imposible utilizar el tractor del que se sirve para su trabajo. No encontró atención en ningún centro médico del sistema de salud de Venezuela, pero tuvo la suerte de hallar un pequeño equipo de la organización médica humanitaria «Médicos sin Fronteras», MSF, donde encontró respuesta a su estado y apoyo para superarlo.

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Desde agosto del pasado año, MSF ha estado presente en el ambulatorio al que pudo llegar Díaz en el estado Táchira. En un inicio, dictaron talleres de primeros auxilios psicológicos a todos, fuera personal médico o no, como una manera de que más personas contaran con la capacidad de reconocer la sintomatología relacionada con problemas de salud mental. Así, podría ofrecer, por lo menos, una primera contención.

Después, el personal de MSF diseñó una estrategia para que las personas afectadas por trastornos mentales pudieran recibir la atención que requerían por medio de consultas, seguimiento de su caso por parte de psicólogos y el suministro de medicamentos psiquiátricos en los casos que esto fuera requerido.

Victoria Caro, referente médica en el estado Táchira indicó que «Existen diferentes tipos de factores de riesgo que están altamente relacionados con los diagnósticos psicológicos identificados: condiciones médicas como antecedentes de trastornos mentales o de suicidio; situaciones de violencia, como haber sido testigos de hechos violentos o haber sufrido un acto de violencia sexual o un desplazamiento forzado; separaciones o pérdidas a causa de la migración, pérdidas de ingresos económicos y desastres naturales como inundaciones o incendios».

Añadió la doctora que «implementar el componente de salud mental en la comunidad ha traído inmensos beneficios. En un muy corto período de tiempo, logramos a atender a pacientes que venían principalmente por casos relacionados con depresión y ansiedad. Además, el equipo de promoción a la salud mental hizo un gran trabajo de sensibilización no solo con quienes recibían la atención, sino también con la propia gente de la comunidad».

Desde agosto de 2021 a abril de 2022, MSF ha brindado 2.316 consultas médicas, además de 92 consultas psicológicas. En cuanto a la capacitación de personal, la han ofrecido a 405 adultos y 179 niños y adolescentes por medio de sesiones psicoeducativas. También han hecho 94 sensibilizaciones por medio de la unidad de promoción de salud mental.

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Aclara la doctora Caro que «Aunque sabemos que las autoridades tienen gran voluntad para atender el componente de salud mental, notamos que en el estado y, especialmente, en comunidades fronterizas, hay muchas dificultades para acceder a este tipo de servicios. Los centros de salud requieren más personal y a su vez este necesita capacitaciones e insumos para trabajar. En este sentido, creemos que es importante que otras organizaciones que trabajen en el área de salud mental, puedan asistir a estas poblaciones vulnerables».

En cuanto a Díaz, él indica que ha sentido mejorías en apenas mes y medio de tratamiento.«Estas consultas me cambiaron la vida, ahora soy capaz de entender lo que me está pasando y con las nuevas herramientas que tengo, logro controlarme y manejar mis emociones. Poco a poco he ido recuperando mi tranquilidad».

La experiencia de Carlos Díaz lo ha llevado a ser uno de los más valiosos replicadores en la comunidad. Comparte su testimonio con los vecinos, apoyando a otros que están pasando por una situación como él, impulsándolos a que no se dejen vencer. Su salud hoy es mucho más fuerte que antes, con estrategias aprendidas para manejar sus emociones. Señala que «Me quedan secuelas, claro, porque esto no se cura de la noche a la mañana. Toqué fondo, pero me estoy sanando».

Médicos sin Fronteras trabaja en el país desde 2015, de manera neutral, imparcial e independiente, con sedes en Amazonas, Anzoátegui, Bolívar y Táchira. El 100% de sus fondos provienen de donaciones privadas.

Redacción: Luis González

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