Irán reparará la refinería más grande de Venezuela por incompetencia de la PDVSA rojita.

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Venezuela le pagará a la Compañía Nacional de Refinación y Distribución de Petróleo de Irán, NIORDC, 116 millones de dólares para reparar el Centro de Refinación Paraguaná. Una demostración de que la que fuera una de las cinco compañías petroleras más eficientes del mundo, no está en capacidad de mantener sus propios equipos después de años de desidia, robo y corrupción chavista.

Con la negociación entre NIORDC y PDVSA, se espera poder activar el Centro de Refinación Paraguaná, la refinería más grande de Venezuela, con capacidad para procesar 955.000 barriles diarios de crudo. Según esta información, suministrada por la agencia Reuters, esto es un paso más en las relaciones energéticas entre el régimen teocrático iraní y la dictadura chavista en Venezuela. Una relación que puede convertirse en un salvavidas para el indocumentado.

Recordemos que la relación de Irán, país con más sanciones que Venezuela, pero con una industria petrolera fuerte y productiva, ha incluido el suministro de combustible y diluyentes, los cuales son utilizados para la elaboración del crudo exportable. También ha vendido al régimen de Caracas, piezas para reparación de equipos petroleros, así como actualización de la red de refinación venezolana con capacidad de 1,3 millones de barriles por día.

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En cuanto al Centro de Refinación Paraguaná, este gigantesco complejo refinador fue prácticamente abandonado desde los tiempos del nefasto Chávez, por lo que capacidad actual es de apenas 17%. Según personas conocedoras del convenio entre Teherán y Caracas, «En aproximadamente un año, Irán debería poder traer a su gente a Paraguaná», agregando que «Han estado muy concentrados en los preparativos, incluida la vivienda para los trabajadores», agregó.

Los equipos para la recuperación de Paraguaná son de fabricación norteamericana y se requirió una triangulación con China para que llegara a manos iraníes. Las empresas chinas prefieren no hacer negocios directos con el régimen venezolano, ya que podrían ser objeto de sanciones internacionales o correr el riesgo de facturas impagas. Sólo participan en negocios donde un tercer país se responsabiliza tanto por los pedidos como por los pagos.

La exgigante petrolera PDVSA ha tratado de atraer inversiones extranjeras para recuperar las refinerías, algo imposible dada la falta de seguridad jurídica que caracteriza al régimen de Nicolás Maduro y el riesgo de expropiaciones ilegales, lo que conllevaría grandes pérdidas. Hasta las empresas chinas, aliadas de la dictadura chavista, han rechazado las invitaciones a invertir.

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Sólo se ha podido negociar con empresas de servicio y mantenimiento de los campos petroleros, las cuales aceptan cargamento de crudo y combustible como parte de los pagos. Así se evita el riesgo de tener cuentas sin pagar.

Sin embargo, esto no es suficiente, ya que se requiere millonarias inversiones para recuperar las instalaciones que el chavismo dejó en el abandono al eliminar su mantenimiento. Un trabajador comentó que «Los principales proyectos que se suponía que PDVSA debía hacer y no pudo, serán realizados por Irán».

Triste destino de la empresa que la democracia convirtió en un ejemplo dentro del sector petrolero y que la incompetencia y el resentimiento social de Chávez la transformó en los despojos que son hoy en día.

Redacción: Luis González

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