Los caficultores denuncian que diversos factores, relacionados con la aguda crisis económica que atraviesa el país, están afectando gravemente la producción, procesamiento, transporte y distribución del grano.
Lo que era uno de las actividades agrícolas con mayor producción y demanda en Venezuela, hoy en día es uno de las más duras de mantener. Los caficultores de los municipios Morán y Andrés Eloy Blanco afirman que la ausencia de créditos, el alto costo de los insecticidas y herbicidas, el difícil acceso a la gasolina y el gasoil, además del franco deterioro de las carreteras, los hace sentirse cada vez más acorralados por la merma de este rubro básico.
Para ilustrar la preocupante situación, explican que una finca en Morán que producía entre 1500 y 1700 quintales de café hace unos años, en la actualidad produce apenas 800. Esto se debe, entre otras cosas, a que los caficultores se ven obligados a disminuir la cantidad de plantas ante los altos costos de mantener la tierra.
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Reinaldo Carrasco, productor del municipio Morán, denunció: «El problema más grave que hemos tenido es la escasez de combustible, porque las secadoras para secar y procesar el café son a gasoil, el año pasado tuvimos que comprar el combustible en 150 dólares, después nos vimos afectados por los cortes eléctricos y el poco voltaje de electricidad impide que enciendan los motores lo que obliga a sacar café de mala calidad».
Otro factor que ha golpeado el bolsillo de los caficultores es el costo de los herbicidas. Por ejemplo, un litro de Glisofan que tenía un precio de 7.5 dólares subió a 12 dólares, lo que afecta directamente la cantidad y calidad de la producción.
Los caficultores aseguran que la problemática de la mala vialidad no sólo les impide el transporte de los granos y la distribución a los tostadores, sino que también les dificulta recibir los insumos necesarios para la cosecha. Y como no pueden asumir más pérdidas ellos mismos han tenido que mandar a hacer las reparaciones y pagarlas con café.
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Antonio García, caficultor del municipio Andrés Eloy Blanco indicó que «También hemos estado graves por la falta de créditos. Desde hace muchos años fueron suspendidos, a veces se pide prestado y al pagar no hay ganancias». Cualquier empresario sabe que toda actividad económica requiere un sistema financiero fuerte que la respalde, algo que en Venezuela dejó de existir hace varios años.
El presidente de la Federación Nacional de Caficultores de Venezuela, Máximiliano Pérez, declaró que no entiende por qué este sector ha sido uno de las más golpeados, sobre todo si recordamos que la caficultura era una de las actividades que más orgullo proporcionaba al país.
Finalmente, lamentó: «La situación de los caficultores es desesperante y los únicos que se han aprovechado de todos los planes del café han sido los abotonados del gobierno».
Redacción: Sebastián Yáñez