El consumo de proteínas en Venezuela disminuyó casi 80% en la última década

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A pesar de que la producción de carne es abundante, las familias venezolanas tienen que reducir su consumo y el de otras proteínas porque no cuentan con el dinero para costearlo.

Susana Raffalli, nutricionista y especialista en seguridad alimentaria que labora para Cáritas de Venezuela, explicó la situación que se registra desde 2012: «El propio gobierno lo ha reconocido y ha hecho sus programas de Combo Proteico. Pero verdaderamente eso se puede investigar en el Instituto Venezolano de la Carne. Ha habido una disminución brutal del consumo de proteínas, casi del 80%. Hay niños que llegan a los 2 años y no han probado un pedacito de pollo o carne. Entonces, el consumo de proteínas de alto valor biológico, que son las carnes animales, ha bajado mucho. La que más nos preocupa es la carne roja, porque no sólo es fuente de proteínas, sino de hierro, y eso explica los altísimos niveles de anemia».

La Federación Nacional de Ganaderos de Venezuela (FEDENAGA), la Red Agroalimentaria de Venezuela, la Asociación Venezolana de Agricultura Familiar (AVAF) y el Observatorio Venezolano de Seguridad Alimentaria y Nutrición (OVSAN), corroboraron con sus datos que la afirmación de Raffalli es cierta.

Luis Prado, vicepresidente de FEDENAGA, señaló que el consumo promedio de carne en Venezuela, hoy en día, es de 8,5 kilogramos por persona al año, eso representa unos 700 gramos de carne al mes.

Según Prado, en la década de los 90 cada venezolano consumía 24 kilos de carne roja. FEDENAGA estima que la caída del consumo de carne bovina durante el chavismo es del 64,5%.

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El directivo de FEDENAGA expresó: «La producción ha bajado, pero la caída del consumo no depende de la oferta de carne, porque la producción ganadera abastece más del 90 % de la demanda nacional. El problema es macroeconómico, los venezolanos no tienen el poder adquisitivo para comprar carne».

También recalcó que el consumo nacional está muy por debajo del promedio mundial que, según un informe de Perspectivas Alimentarias divulgado en 2018 por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), es de 43,9 kilogramos al año.

Juan Carlos Montesinos, presidente de la Asociación Venezolana de Agricultura Familiar, detalló: «Venezuela, de tener un consumo de 280 huevos per cápita, ahora tiene entre 30 y 40 huevos por habitante al año. El 70% de los venezolanos no está consumiendo proteína animal, ahí incluimos res, pollo, huevos, cerdo, pescado».

Recordó que en 2021 el único rubro que aumentó su producción fue el maíz, tanto blanco como amarillo: «En 2020 se sembraron 80.000 hectáreas de maíz, en 2021 pasamos a 200.000 hectáreas, proyectamos que en 2022 lleguemos a 300.000 hectáreas sembradas». Hizo énfasis en que este repunte ocurrió gracias al esfuerzo de las propias asociaciones de productores privados, porque las entidades financieras del país todavía no se han reactivado.

En relación al consumo de leche, Carlos Odoardo Albornoz, presidente del Instituto Venezolano de la Leche y la Carne (INVELECAR), estimó que el consumo promedio anual en Venezuela es de 65 litros por persona, cuando la FAO recomienda 120 litros.

La Encuesta Condiciones de Vida (ENCOVI) 2021, realizada por la UCV, UCAB y USB, reveló que el 94,2% de los venezolanos es pobre de ingreso, es decir, no tienen el salario mensual necesario para adquirir la Canasta Alimentaria Familiar que en febrero se ubicó en 454,93 dólares. Con el sueldo mínimo decretado por Maduro en marzo, de aproximadamente 30 dólares, una persona no puede comprar ni una décima parte de esa canasta.

Marianella Herrera, médico nutricionista e investigadora del OVSAN, afirma que la merma del consumo de proteína en Venezuela es total: «Los hogares urbanos que no consumen nunca carnes de ningún tipo son el 38,6%. Huevos el 38%, pescados no consumen el 86,3%, vísceras no se consumen en el 92,8% de los hogares. Por supuesto, esto hace que la eficiencia de la calidad proteica disminuya, porque realmente, a pesar de que se puede mejorar el aporte proteico con la proteína de origen vegetal, la proteína de origen animal es mucho más eficiente en términos de valor biológico».

Asevera que la población ha tenido que recurrir a una «dieta de supervivencia», basada en maíz, arroz, leguminosas y grasa, en cantidades insuficientes. Esta situación ha provocado que el 30% de los niños venezolanos en edad escolar estén en un rango de desnutrición crónica.

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Al respecto, agregó: «Tanto Cáritas, la Fundación Bengoa como el Observatorio Venezolano de Seguridad Alimentaria y Nutrición, que hacemos seguimiento, no logramos ver cifras menores al 30% en desnutrición crónica. Esto quiere decir que hay retardo de crecimiento al inicio de la vida y, además, que se está manteniendo cuando el niño ya deja de ser un niño preescolar y pasa a la edad escolar».

Por su parte, Rodrigo Agudo, director de la Red Agroalimentaria de Venezuela, denunció que desde 2020 el Gobierno ha eliminado los controles para la importación de productos terminados y que hay una falsa ilusión de abastecimiento porque han surgido comercios como los bodegones o los supermercados han llenado sus anaqueles de alimentos, pero son productos que sólo un 10% de la población puede pagar.

Agudo insistió: «Una cosa es que haya disponibilidad de productos, pero el poder adquisitivo del venezolano es tan bajo que el acceso a esos productos es muy complicado. Para que haya seguridad alimentaria el Estado debe garantizar el abastecimiento de alimentos a la población, el acceso a esos productos y la calidad».

De igual manera, Herrera acotó: «El problema es que ahora hay alimentos, los supermercados están llenos, no como años atrás que había escasez de alimentos, entonces podían tener el dinero para comprarlo, pero no podían comprar porque no había el producto. Ahora el problema es exactamente lo contrario. El problema que refieren como principal las familias venezolanas es que hay alimentos, pero no pueden acceder a ellos porque no tienen el dinero suficiente».

Redacción: Alicia Salazar

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