A consecuencia de la decisión de PDVSA de suspender el pago a las Estaciones de Servicio (E.S.) en Venezuela, estas se encuentran al borde de la quiebra. Tal situación amenaza con incrementar la crisis energética que el país vive por la escasa producción nacional, la cual es enviada de forma gratuita a Cuba para sostener a la dictadura castrista en perjuicio de los venezolanos. Servilismo chavista en pleno.
La Asociación Metropolitana de Expendedores de Gasolina del Distrito Capital, estado Miranda y Vargas (Metrogas) le exige a la estatal petrolera PDVSA que pague la deuda que mantiene con estos establecimientos a consecuencia de la manera en que se está procediendo a cobrar la gasolina por medio de la plataforma de control social, Patria.
El 25 de marzo, PDVSA le indicó a la E.S. que los pagos por el despacho de combustible subsidiado no podrían ser cobrados en efectivo ni por puntos de ventas, sino por medio del BiopagoPDV. Montos que se represan en las cuentas de la estatal petrolera sin que llegue a las estaciones que surten de combustible. Algo por completo absurdo.
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Los afectados advierten que «Estamos hablando de 5 millones de dólares mensuales en todo el país que se está quedando Pdvsa al suspender el pago a las estaciones de servicio con venta de gasolina subsidiada y, la deuda es mucho mayor si sumamos a las estaciones de servicio que atienden transporte público que tienen 23 meses sin recibir pago».
Recordemos que desde junio de 2020, en Venezuela se inventaron 3 tipos de E.S. como resultado del «plan de ajuste» en el precio de combustible que se expenden en Venezuela. Existen E.S., que venden la gasolina 0,50 dólares el litro, que es el precio internacional. Están las E.S. que venden a precio subsidiado de 0,11 bolívares el litro. Y las E.S. que surten al transporte público 100% exonerados de pago, tanto para gasolina como para diésel. Aunque parezca insólito, estas últimas E.S. no tienen ingresos por este servicio.
Al coronel Marino Lugar Aguilar, gerente de Mercado Nacional de PDVSA, le fue enviada una nota donde se le aclara que las Estaciones de Servicios dependen de los recursos que el ente petrolero les debe. En estos momentos, a causa de no honrar las deudas que se tienen con las E.S., se están presentando problemas para el pago de gastos como el salario del personal contratado.
Ana María Urdaneta, presidenta de Metrogas, señala que «Esta deuda, acumulada en litros, los cuales promedian montos significativos, al recibirlos en litros, no podemos usarlo para el pago de los gastos o costos para poder cumplir con la operación diaria en las mejores condiciones de calidad, óptimo servicio y sobre todo la seguridad, la cual se podría ver afectada, al no tener los recursos necesarios, por el cumplimiento en los pagos de nuestros servicios».
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Y PDVSA no es la única mala paga en esta situación: también están las diferentes deudas contraídas por compañías de servicio, instituciones públicas, entes municipales, etc., cuyo pago brilla por su ausencia. Ante esta situación, los afectados señalan que «Considerando que en los actuales momentos no nos están pagando el monto de margen para cubrir costos, solicitamos con carácter de urgencia, nos cumpla con el compromiso adquirido».
Metrogas no son los únicos que exigen soluciones a los problemas desencadenados por la irresponsabilidad de PDVSA de no honrar sus deudas. Ya a finales de abril, la Federación Nacional de Asociaciones de Empresarios de Hidrocarburos (Fenegas) envió un comunicado a PDVSA advirtiendo que el que las E.S. no puedan cobrar la gasolina subsidiada «genera una serie de complicaciones para las empresas al no estar percibiendo los ingresos correspondientes a la venta del combustible».
Hasta el momento, el gerente de Mercado Nacional de PDVSA no ha respondido la misiva enviada por Metrogas, demostrando su nulo interés por solucionar un problema que amenaza no sólo la distribución de la gasolina a nivel nacional, sino también la fuente de ingresos de innumerables trabajadores.
El coronel Marino Lugar Aguilar, como el resto del inepto gobierno, se mantiene ciego, sordo y mudo ante una situación que le compete, pero que ha demostrado ser incapaz de solucionar.
Redacción: Luis González