¿Quién es Juan Carlos Loyo, la nueva ficha de Maduro que expropiaba a los productores a punta de pistola?

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Cuando fue ministro de Agricultura y Tierras, varios medios de comunicación grabaron a Loyo, pistola en mano, encabezando un acto de expropiación de tierras en el estado Mérida. Esa es su tarjeta de presentación.

El pasado viernes 22 de abril, el dictador Nicolás Maduro sorprendió, incluso a los chavistas, con la designación de Juan Carlos Loyo, quien fuera ministro de Agricultura y Tierras entre 2010 y 2012, como nuevo ministro de Pesca y Acuicultura en reemplazo de Olga Luisa Figueroa.

El nuevo funcionario reciclado por Maduro nació en Valencia, estado Carabobo. Es economista egresado de la Universidad de Carabobo, con estudios en gobernabilidad y desarrollo en la Universidad Católica Andrés Bello.

Al parecer, Loyo tardó un buen tiempo en graduarse, por lo que pudo labrarse «una larga trayectoria en la política universitaria», según sus propias palabras. Como muchos estudiantes a mediados de los 90, participó en los círculos de izquierda. No obstante, a finales de esa década se unió al partido Apertura, del ex presidente Carlos Andrés Pérez, y fue director juvenil en Carabobo.

Un cambio se operó en Loyo después de que Hugo Chávez ganó la Presidencia. Algunos señalan que fue a raíz de su amistad con un abogado cercano a Francisco Ameliach, diputado del MVR por Carabobo. El vínculo le llevó a trabajar como asesor del parlamentario, quien años después lo ubicaría en el poder ejecutivo.

Se encargó de la gerencia regional del INCES en 2004; en 2005 fue viceministro de Desarrollo Económico en el Ministerio de Economía Popular. Entre 2006 y 2010 asumió la presidencia del Instituto Nacional de Tierras, y en 2010 fue designado ministro del poder popular para la Agricultura y Tierras. Una vez despedido por Chávez en 2012, se convirtió en profesor del PFG de Economía Política de la UBV.

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En su época de ministro del difunto presidente, Loyo simbolizó el lado más radical de la política agraria, con muñequeras y pistolas. El aparato comunicacional del gobierno lo siguió en las expropiaciones del Sur del Lago, en lo que fue una toma de tierras de película.

El economista recibió el testigo cuando el sector agrícola ya estaba sacudido por el conflicto y la improvisación. Cuando era presidente del INTI, la producción agrícola había descendido un 7% y la bovina un 16%. También se perdieron 200.000 puestos de trabajo en el campo, según cifras del 2006 aportadas por Fedeagro, y las importaciones alimentarias llenaban los anaqueles.

A partir de 2010, ya como titular del Ministerio de Agricultura y Tierras,­ la cosecha seguía sin levantar cabeza. Según Datanálisis, en diciembre de 2011, el índice de escasez alcanzó el 15%, y la producción nacional de los rubros básicos, maíz, sorgo, azúcar, arroz, café, algunas hortalizas y frutas, había caído vertiginosamente. El país pasó a importar el 50% de los alimentos consumidos.

A finales de 2011, admitió que la economía agrícola había crecido apenas 1%. Su salida del gabinete era cuestión de tiempo. Hugo Chávez lo sacó del ministerio el 29 de enero de 2012 con una explicación muy débil, ­una dolencia por exceso de trabajo, y repuso a Elías Jaua ­quien ya había sido titular de ese despacho­.

Durante su gestión, Loyo fue señalado por algunos miembros de la dirigencia del PSUV, como Oswaldo Zerpa, alcalde del municipio Unda en el estado Portuguesa. En una entrevista que concedió al semanario Quinto Día en noviembre de 2010, Zerpa acusó al entonces ministro de estar «hundiendo la producción de café y provocar la pérdida de 2 mil millones de dólares que son los créditos que el gobierno le ha dado a los caficultores y que por el bajo precio del café no pueden cancelar».

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En febrero de 2019, el diputado José Luis Pirela, presidente de la subcomisión de la Lucha Antidrogas, Antiterrorismo y Delincuencia Organizada de la Asamblea Nacional, aseguró que Loyo estaba siendo investigado: «Se ha dedicado a legitimar capitales en Estados Unidos provenientes de los despojos ilegales e ilegítimos de grandes extensiones de fincas privadas, maquinarias, equipos, insumos agrícolas y pecuarios que suman cuantiosas perdidas a los productores venezolanos. En la investigación que estamos adelantando, está acreditado que durante su permanencia como presidente del INTI, Juan Carlos Loyo, extorsionó y expropió a cientos de productores nacionales, con el apoyo de militares y bandas armadas».

Aun así, (o quizás por esto mismo) pudo volver al gabinete del régimen: «Designé como nuevo Ministro del Poder Popular para la Pesca y Acuicultura a Juan Carlos Loyo, quien desde ahora asume la labor diaria junto a los pescadores y pescadoras de la Patria. Vamos al trabajo en equipo y en conjunto con el pueblo, por la soberanía alimentaria», fueron las declaraciones de Maduro.

Nadie comprende el regreso del ministro fracasado. Su primera gestión no resultó provechosa ni para el campo venezolano, ni para la relación de los agricultores con el gobierno chavista. Con este personaje, los pescadores venezolanos no pueden esperar que a ellos les vaya mejor.

Redacción: Alicia Salazar

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