Desde su creación en 1975, «El sistema» ha contribuido a construir la posibilidad de una carrera profesional exitosa para los jóvenes músicos venezolanos en el espacio público.
El Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela es una gran obra social y cultural concebida en democracia. El Sistema fue fundado por el maestro y músico venezolano José Antonio Abreu en 1975 con el absoluto apoyo de Carlos Andrés Pérez, presidente de Venezuela, y desde sus comienzos se propuso canalizar la instrucción y la práctica tanto colectiva como individual de la música, utilizando orquestas sinfónicas y coros como instrumentos de desarrollo humano.
Este modelo artístico, pedagógico, y social ha alcanzado relevancia a nivel internacional. De hecho, es el programa social de mayor impacto en la historia de Venezuela, con un enorme reconocimiento social.
En sus filas, varias generaciones tuvieron una oportunidad a seguir, se crearon a sí mismos, crecieron con la cultura del mérito, el esfuerzo, la disciplina y la constancia, valores considerados dignos en la Venezuela de la cuarta república.
Su historia inició a mediados de la década de los 70, cuando el maestro José Antonio Abreu invitó a un grupo de jóvenes venezolanos a formar una orquesta juvenil que le permitiera a los estudiantes de música practicar en conjunto. El sueño del maestro era transformar la metodología de la educación musical en el país y, de paso, crear un movimiento que se convirtiera en una fuente digna y profesional de oportunidades laborales.
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Respaldados por un decreto del gobierno que regía desde 1964 y contemplaba la práctica obligatoria en grupo de los alumnos de las escuelas de música del Estado, a finales de 1974 Abreu y nueve estudiantes de música comenzaron a reunirse. Los jóvenes pioneros fueron Carlos Lovera, Frank Di Polo, Ulyses Ascanio, Sofía Mühlbauer, Jesús Alfonso, Edgar Aponte, Carlos Villamizar, Lucero Cáceres y Florentino Mendoza.
El primer ensayo general se realizó el 12 de febrero de 1975, en la sede de la Escuela de Música Juan José Landaeta. Hasta allí llegaron muchos más jóvenes del interior del país, especialmente de Aragua, Táchira, Lara, Trujillo, Zulia y Carabobo, ellos serían el semillero de músicos que conformaron la primera Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil de Venezuela Juan José Landaeta, cuyo debut oficial fue el 30 de abril de 1975 en la Cancillería de la nación.
Esta primera agrupación estaba integrada por 80 músicos. En 1978 cambió su nombre al de Orquesta de la Juventud Venezolana Simón Bolívar, y en la actualidad es conocida como Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela. Cuenta en su haber con un importante periplo de presentaciones internacionales que la han convertido en la orquesta insigne de El Sistema, labor reconocida por la UNESCO con el Premio Internacional de Música, entre otras muchas distinciones.
El 20 de febrero de 1979 el Estado democrático venezolano dio su apoyo irrestricto a este programa cultural con la creación de la Fundación del Estado para el Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela (FESNOJIV), mediante el decreto N.º 3.093 del Ministerio de la Juventud. El organismo nació con la finalidad de desarrollar recursos humanos altamente calificados en la música y obtener el financiamiento necesario para llevar a cabo los planes y programas de El Sistema.
En 2010, ya en la quinta república, FESNOJIV fue adscrita a la Vicepresidencia de la República Un año después, de acuerdo al decreto 8.078 publicado en la Gaceta Oficial 39.626, la FESNOJIV cambió su denominación a «Fundación Musical Simón Bolívar» y pasó al Ministerio del Poder Popular del Despacho de la Presidencia y Seguimiento de la Gestión de Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela.
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Lamentablemente, con la llegada del chavismo al poder, los jóvenes músicos de «El Sistema» fueron usados como si se tratara de miembros del PSUV, siendo obligados a participar en algunos de los actos que celebraron los abusos más emblemáticos de la dictadura.
Hoy en día, el sueño del maestro Abreu se ha desangrado. Al menos la mitad de los maestros de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela migró al extranjero y es doloroso imaginar las condiciones de vida de los quinientos mil jóvenes que se dedican a la música por el salario mínimo de hambre.
Un hito digno de mención se dio el sábado 13 de noviembre de 2021, en el Patio de Honor de la Academia Militar. Varias generaciones de El Sistema consiguieron la marca Guinness como la orquesta más grande del mundo. Un evento que también recibió duras críticas por el tinte político de su puesta en marcha y el descarado maltrato a los músicos que debían ser los protagonistas.
El récord lo ostentaba desde septiembre de 2019, una agrupación de músicos rusos con 8.097 participantes. Ahora, es de las 8.573 personas pertenecientes al programa venezolano nacido en democracia. «La Marcha Eslava», del compositor ruso Tchaikovsky, fue la pieza con la que el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, dirigida por Andrés David Ascanio Abreu, logró la hazaña de registrar una nueva marca mundial.
Redacción: Alicia Salazar