En artículos anteriores, hemos informado el lamentable posicionamiento de Venezuela en su pésimo desempeño a nivel mundial. Por esto, en el caso de las sanciones impuestas por la comunidad internacional a la dictadura chavista, no es de extrañar que el país ocupe el quinto lugar entre los países más sancionados en el mundo. Una vergüenza 100% de factura chavista.
Desde que comenzó la invasión rusa en contra de Ucrania, Moscú ha ido acumulando sanciones por su rol como agresor contra una nación soberana e independiente. Esto ha hecho que Rusia salte al primer lugar como la nación más sancionada a nivel mundial, muy por encima de otras como Siria e Irán.
En estos momentos, Rusia soporta un total de 5.581 sanciones, con posibilidades de incrementarse a medida que la invasión a Ucrania se torne cada vez más brutal e inhumana. La mitad de estas sanciones fueron emitidas en algo más de quince días, un verdadero récord. Sus consecuencias están por verse y, según expertos economistas, algunos de ellos especializados en la economía rusa, este país se dirige a su peor crisis en mucho tiempo.
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Antes de la invasión a Ucrania, Irán era el país con mayores medidas restrictivas, con 3.616 sanciones por parte de la ONU, UE, Estados Unidos, Canadá, Israel e India. En el caso de Venezuela, es uno de los dos únicos países latinoamericanos con récord en sanciones. Curiosamente, el régimen de Nicolás Maduro acumula más sanciones que la propia dictadura cubana, según se aprecia en el siguiente gráfico del Statista, un portal especializado en estadísticas:
La nueva ronda de sanciones contra Rusia comienza con Suiza a la cabeza con 568 restricciones, la Unión Europea con 518 y Francia con 512. De este total, apenas 366 se aplican a entidades rusas, siendo la gran mayoría de estas dirigidas a individuos como políticos, militares, oligarcas y personalidades que de alguna manera incentivaron o defiende la agresión contra el territorio ucraniano.
Para Vladimir Putin, quien fuera teniente de la temible y extinta KGB, las sanciones contra el patrimonio de sus aliados puede ser tomado como una «declaración de guerra». Olvida, como era de esperarse, que fue él quien dio la orden de atacar a un país independiente como lo es Ucrania. Primero indicó que no habría invasión. Una vez iniciada, aseguró que era para defender a los rusos parlantes de dos zonas fronterizas con Rusia. También mintió.
Luego, aseguro que lo único que quería desmilitarizar y desnazificar al país, insinuando que impulsaría un cambio de gobierno. A renglón seguido prometió que no atacarían a civiles pero en la realidad, sus tropas comenzaron a bombardear poblaciones que carecen de objetivos militares. Al final de esta vertiginosa muestra de mentiras y poco honor, Putin ahora asegura que invadió a Ucrania porque este país intentaba hacerse con armas nucleares. La guinda del pastel en esta locura, es la última afirmación de que la invasión era «necesaria» porque Estados Unidos financiaba laboratorios de para armas biológicas en territorio ucraniano.
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Como vemos, de no ser por lo sucedido con Rusia, Venezuela estaría ocupando el cuarto lugar entre los países más sancionados en el mundo, con 651 sanciones. A causa de estas medias coercitivas, según los representantes de la dictadura, Venezuela se encuentra en la crisis en la que ahora vive y que ha impulsado una de las mayores migraciones moderna.
Sin embargo, ¿cómo explicar que Irán, con 3.616 sanciones (casi 3.000 más que Venezuela), puede producir gasolina, no tiene el sistema eléctrico colapsado, su sistema de salud funciona y no hay informes de migrantes escapando por sus fronteras buscando un mejor futuro en los países vecinos? La mentira chavista se cae por su propio peso.
Como vemos, el problema para los venezolanos no son las sanciones, sino la ineptitud de quienes usurpan el gobierno de Venezuela. La desgracia en la que el país se hunde no tiene su génesis en las restricciones impuestas por otros países, sino en la corrupción omnipresente en el ADN chavista. Por esto debemos comprender que no importa si las sanciones se levantan o no: mientras el futuro del país se encuentre en manos criminales, los venezolanos no saldrán de esta pesadilla socialista.
Redacción: Luis González