La guerra en Ucrania involucra muchas cosas, pero la protección de la democracia es la más importante, y las mujeres ucranianas han dado un paso al frente en esa lucha.
En este momento de crisis global, con las redes sociales inundadas de imágenes de la guerra en Ucrania, muchos se impresionaron con la foto en la portada del New York Times de mujeres voluntarias ucranianas con un rifle en la mano mientras se dirigían al frente para luchar por su país.
Esas mujeres, muchas de las cuales nunca imaginaron que pelearían en una guerra, pueden convertirse en una de las armas más poderosas de su país.
Las mujeres han sido parte del ejército ucraniano desde 1993, pero sus roles y números aumentaron cuando Rusia se anexó Crimea en 2014 y, nuevamente, cuando se les otorgó a las mujeres el derecho a pelear en combate en 2016.
Pero luego de la legislación aprobada en 2018 que aseguró la igualdad de trato de las mujeres en el ejército, el número creció aún más y se permitió a las mujeres servir en especialidades de combate, como artilleras de vehículos blindados, comandantes de infantería y francotiradoras.
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De acuerdo a datos de 2020, más de 31.000 mujeres servían en las fuerzas armadas de Ucrania en ese momento. A partir de marzo de 2021, ese número creció un 22,5%.
Las mujeres han sido fundamentales para mantener la democracia en Ucrania, y no sólo a través del servicio militar sino también en la política. Las mujeres ocuparon el 21% de los escaños en el parlamento ucraniano después de las elecciones más recientes y, según el informe global, el país ha logrado grandes avances para cerrar las brechas de género en los últimos años.
Ese creciente compromiso con la equidad en Ucrania contrasta fuertemente con la Rusia de Putin. Ha hecho retroceder constantemente los derechos de las mujeres, restringiendo el trabajo de las féminas en más de 450 profesiones y revirtiendo las protecciones para las víctimas de violencia doméstica.
En el parlamento ruso, las mujeres ocupan solo el 16% de los cargos políticos, y aunque a las mujeres se les permite servir en el ejército ruso, su número es bajo en comparación con muchas otras naciones.
Desde la invasión, un número incalculable de mujeres ucranianas de todos los ámbitos de la sociedad han dado un paso al frente y se han ofrecido como voluntarias para servir en el frente. Incluyendo mujeres como la ex Miss Ucrania, Anastasiia Lenna y la diputada ucraniana Kira Rudik. El video de una voluntaria de 79 años, Valentyna Kostyantynovska, aprendiendo a disparar un Kalashnikov se ha vuelto viral. Afirmó que su sueño era tomar las armas y luchar por su país.
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Y las mujeres ucranianas ya están mostrando la diferencia que marcan en términos de fuerza y moral. Las mujeres en el frente, militares o no, se han enfrentado a los soldados rusos obligándoles a llamar a sus madres y explicarles por qué están luchando. Actos de humanización como este, que involucra a las madres, pueden resultar profundamente valiosos para el esfuerzo bélico.
Los expertos en seguridad nacional lo ven como un indicativo de un problema más amplio para Rusia: que muchos soldados rusos no saben por qué están allí. Algunas madres al otro lado del teléfono imploraron a sus hijos que regresen, lo que a la larga podría debilitar la determinación militar rusa.
La crisis cambia minuto a minuto y el resultado todavía es muy incierto. Cuando se escriba la historia puede que su valentía colectiva sea reconocida o no, pero una cosa es segura: la fuerza y el coraje de las mujeres ucranianas no debe descartarse, bien sea fabricando vendas para los heridos, portando un rifle, dirigiendo tropas o enfrentándose a lo desconocido en otro país para poner a salvo a sus hijos pequeños.
Redacción: Enrique Hernández