¿Quién es Tibisay Lucena, la mujer que ha perpetuado el chavismo en el poder?

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La expresidenta del CNE se convirtió en la imagen del ventajismo político del chavismo en los procesos electorales de las últimas dos décadas. Hoy te hablaremos de Tibisay Lucena, la mujer que hizo todo lo posible para hundir a Venezuela en la desgracia chavista.

Tibisay Lucena es la actual ministra de Educación Superior, nombrada por Maduro el 19 de octubre de 2021. También se desempeña como rectora de la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Unearte), desde el 5 de septiembre de 2020. Tristemente famosa por ser la expresidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), cargo que ejerció hasta el 12 de junio de 2020, cuando la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia designó a Indira Alonzo en su lugar.

Oriunda del estado Lara y nacida en 1959, es una socióloga egresada de la Universidad Central de Venezuela (UCV), con un doctorado de la Nueva Escuela de Investigaciones Sociales de Nueva York.

Más de una docena de procesos electorales realizados por el régimen tienen como protagonista a Tibisay Lucena Ramírez. La larense llegó al CNE en 2003 como suplente. En ese momento, el organismo comicial estaba dirigido por el magistrado Francisco Carrasquero y por el actual presidente de la AN chavista, Jorge Rodríguez, y se encontraba en medio de la organización del referéndum revocatorio al presidente Hugo Chávez.

Cuando se efectuó la consulta en agosto de 2004, en el cual el difunto presidente obtuvo el triunfo, Lucena seguía siendo suplente, pero pudo observar directamente los señalamientos de presunto fraude. Esas acusaciones, y otras que vendrían después, afectaron la credibilidad del CNE y la de sus directivos. En ese contexto se desarrolló la elección regional de octubre de 2004, en la que el chavismo nuevamente fue el gran triunfador con 22 de las 24 gobernaciones disputadas.

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En enero de 2005, Lucena fue nombrada rectora y miembro de la Junta Nacional Electoral de forma transitoria por la Sala Constitucional del TSJ. Al nuevo directorio del CNE le correspondió organizar las elecciones de concejales y juntas parroquiales en septiembre y las parlamentarias de diciembre de ese mismo año.

La Asamblea Nacional dominada por el oficialismo, designó el 27 de abril de 2006 como rectores principales a Tibisay Lucena, Sandra Oblitas, Vicente Díaz, Germán Yépez y Janeth Hernández. Los directivos seleccionaron a la primera como presidenta del CNE y de la Junta Nacional Electoral.

Le tocó, entonces, la celebración de los comicios presidenciales de 2006, con Hugo Chávez y el candidato de la oposición, Manuel Rosales, como principales contendores. Según distintas encuestas, la diferencia en la intención de votos en algunos casos era de más de 20 puntos a favor de Chávez. Así sucedió: el presidente fue reelecto con una ventaja de casi 26% sobre Rosales. En esa oportunidad no hubo denuncias de fraude o trampa.

Un Chávez políticamente crecido, aprovechó para solicitar al CNE la realización de un referendo consultivo para reformar la Constitución de la República. El viernes 2 de noviembre a media noche, Lucena en cadena nacional convocó a los electores a sufragar el 2 de diciembre.

El referendo se llevó a cabo el día previsto, con dos preguntas y dos posibles respuestas: Sí, para apoyar las propuestas de reforma de Chávez; y No, para rechazarlas. A las 10 de la noche de ese mismo día se inició la totalización de los votos. Poco después de la una de la mañana, Lucena y los demás rectores se dirigieron a la sala de prensa del CNE (una imagen que se haría habitual). Allí la funcionaria pronunció la decisión de los electores: con un margen menor al 1,5%, el No derrotó al Sí. Significó el primer revés político para Hugo Chávez y su posterior reacción fue bastante amarga.

En relación con el desempeño de Lucena al frente del CNE, una serie de denuncias de fraude, poca transparencia y ventajismo han caído sobre ella y el ente por parte de la oposición venezolana. De hecho, la elección de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), el 30 de julio de 2017, llevó los cuestionamientos a nivel internacional.

Ese día, Lucena anunció la aprobación de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) con un total de 8.809.320 votos. Tres días después, el 2 de agosto, Antonio Mujica, director ejecutivo de Smartmatic, empresa a cargo del sistema de votación venezolano, denunció en una conferencia en Londres que los números de participación habían sido evidentemente manipulados y que la diferencia era de al menos un millón de votos, entre lo anunciado por Lucena y lo emitido por el sistema.

En los días previos a los comicios de la ANC, se supo que fue sancionada por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Entre las medidas tomadas había penalizaciones de carácter económico e individual.

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Fue sancionada por el gobierno suizo el 28 de marzo de 2018, por sus «acciones y políticas que han socavado la democracia y el Estado de Derecho en Venezuela». Poco después, el 30 de marzo, el gobierno de Panamá también la sancionó por blanqueo de capitales, financiamiento del terrorismo y financiamiento de armas de destrucción masiva.

Su nombre figura en la lista de los 18 funcionarios del régimen de Nicolás Maduro sancionados por la Unión Europea: «por haber vulnerado los principios democráticos, el estado de derecho y la democracia».

Figura entre los funcionarios y empresarios vinculados al gobierno de Maduro que fueron sancionados por el TIAR, el 3 de diciembre de 2019. Las sanciones incluyeron la congelación de cuentas y la prohibición de ingresar a territorio de los países del Tratado.

Finalmente, el 19 de octubre del 2021, Nicolás Maduro anunció a través de su cuenta Twitter: «Designé como Ministra del Poder Popular para la Educación Universitaria, a la doctora Tibisay Lucena, su amplia experiencia y vocación pedagógica contribuirán a elevar la calidad de la educación para el desarrollo nacional».

No obstante, la reacción por esta designación se resume en la pregunta del consejero universitario de la UCV, Jesús Mendoza, «¿qué se puede esperar de Tibisay Lucena en el sector universitario?», y en la apropiada reflexión de Luis Palacios, presidente adjunto de la Federación de Centros Universitarios: «es un ejemplo más de que la dictadura busca las peores opciones para la educación».

Redacción: Sebastián Yáñez

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