La pandemia perjudicó las destrezas cognitivas y motrices de los niños

Salud

Además del impacto cognitivo y motriz del confinamiento, los niños pequeños presentaron efectos nocivos en su actitud hacia el aprendizaje.

El cierre de las escuelas y colegios durante la pandemia de COVID-19 afectó las destrezas cognitivas y motrices de los niños en edad preescolar, según un estudio realizado y difundido por la Universidad de la República en Uruguay.

La investigación, seguida por la Sociedad para la Investigación del Desarrollo Infantil, revela los perjudiciales efectos en los niños más pequeños del confinamiento por el brote de la enfermedad.

Como bien lo señaló Alejandro Vásquez, codirector del Centro Interdisciplinario de Cognición para Educación y Aprendizaje: «El desempeño temprano en la lectura y las matemáticas son indicadores fuertes de los logros académicos en la escuela primaria y pueden haber sido los más difíciles de compensar en la casa porque requieren una enseñanza experimentada».

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Vásquez, que dirigió el estudio junto a Meliza González, agregó: «Las pérdidas fueron desparejas en las diferentes áreas del desarrollo y los déficits mayores aparecen en las destrezas motrices, el lenguaje y las matemáticas».

Los investigadores compararon dos grupos de niños uruguayos con edades comprendidas entre los 4 y 6 años de edad. Un grupo, con 34.555 niños, había asistido a clases preescolares entre 2018 y 2019, es decir, antes de la pandemia, y el otro estaba conformado por 30.158 estudiantes que asistieron al preescolar en 2019 y 2020.

En lugar de basarse en los informes de los familiares o las plataformas de educación a distancia, los niños fueron evaluados dos veces por maestros en los cursos de 4 años de edad, y una vez al final del curso de 5 años.

Aparte del impacto cognitivo y motriz observado, los niños de 5 años mostraron efectos en sus actitudes hacia el aprendizaje, según el informe.

El cierre de escuelas también supuso la interrupción de las sesiones de evaluación, importantes para obtener información sobre el desarrollo del estudiante y para poder detectar las dificultades de aprendizaje, de manera que no realizarlas tendrá consecuencias perjudiciales a largo plazo para el niño.

La necesidad de quedarse en casa también condujo a una disminución drástica de la actividad física en los escolares, lo que, según el estudio, podría explicar el insuficiente desarrollo de las destrezas motrices.

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La evidencia sugiere que cuando los niños no acuden a la escuela son menos activos físicamente. Algo similar ocurre en los fines de semana y las vacaciones. Los niños pasan además mucho más tiempo frente a la pantalla del ordenador, el celular o la televisión, tienen patrones irregulares de sueño, y suelen seguir dietas menos favorables para su salud.

Meliza González, por su parte, recalcó que «las pérdidas entre los niños de escuelas más privilegiadas fueron menos pronunciadas». Los niños en los cursos de 4 años que ya presentaban dificultades en su desempeño «exhibieron las mayores pérdidas en el desarrollo, lo cual ensanchó esa brecha».

Por último, destacó que «las destrezas cognitivas durante la transición del preescolar a la escuela primaria son indicadores de los logros académicos más adelante».

«Las conclusiones pueden contribuir directamente a la política pública enfocando las intervenciones en los niños que están en riesgo mayor», sugirió la investigadora.

Redacción: Lis Parra

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