¿A cuánto asciende la deuda externa que originó el régimen chavista?

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El desastre que envuelve la administración de Venezuela en manos de la mafia chavista no se limita a la continua desaparición de fondos de la nación en cuentas rojitas en el extranjero. También se relaciona con un peso muerto que el socialismo está dejando en el cuello a Venezuela y que podría ser un lastre para el despegue económico del país al retorno de la democracia: la deuda externa. Como la dictadura mantiene oculto este monto, en nuestro artículo trataremos de echar luz sobre este inquietante tema. Veamos.

El 13 de abril de 2007, el nefasto Hugo Chávez Frías, padre de la revolución que ha destruido a Venezuela, indicó que «Les puedo decir hoy, que no debemos ni un centavo ni al Fondo Monetario Internacional (FMI), ni al Banco Mundial». La deuda a la que se refería HCF ascendía a 3 mil millones de dólares y se venía acumulando desde 1998, precisamente cuando conquistó la presidencia por el voto popular.

Esto fue posible gracias a los altos precios del petróleo vigentes para la fecha, precios que trascendieron los 100 dólares por barril, lo que generó un inmenso caudal de ingresos para la nación. Sin embargo, a Chávez nunca le importó invertir en Venezuela los ingresos que el país percibía, sino que los dilapidaba en el extranjero al ritmo de su descomunal vanidad y enfermizo ego.

Es así que, saliendo de pagar la deuda con el FMI, quiso mostrarse generoso con el dinero de los venezolanos y gastó 500 millones de dólares en títulos de la deuda externa de Argentina, papeles que no tenía valor alguno. Para justificar tan ridícula inversión aseguró que «Es un esfuerzo para Venezuela, pero lo hacemos porque estamos conscientes de lo que se trata. Argentina se está liberando de Drácula, está rompiendo las cadenas del Fondo Monetario Internacional». Mientras Chávez desperdiciaba este dinero, en Venezuela el Sistema Eléctrico Nacional, Petróleos de Venezuela y el sector salud iban directo a la ruina al negárseles las inversiones necesarias.

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La muerte de Chávez no fue el fin de actitudes tan irresponsables para con el país como las que mostró en vida. Si bien el barril de petróleo se mantenía alrededor de los 100 dólares, esto comenzó a cambiar apenas 4 años después. El 2014 inició con un precio de 96 dólares por barril el cual cayó a 68.8 dólares por barril para el mes de diciembre.

Lo preocupante no es tanto el descenso en el precio del barril: lo escandaloso es que el dinero obtenido durante las «vacas gordas» desapareció con gran rapidez en las manos de funcionarios de gobiernos y militares comprados para apoyar a la dictadura. Funcionarios y militares que siguen apuntalando el régimen del indocumentado.

Para 2020, el dictador Nicolás Maduro anunció que Venezuela presentó una caída del 99% en sus ingresos petroleros entre 2014 a 2019. Para noviembre de 2017 la agencia calificadora Standard & Poor (S&P) Global Ratings declaró al país en «default» parcial por incumplimiento con sus acreedores, calificación que pasó a «default» definitivo al no pagar los 183 millones de dólares correspondientes al pago de dos bonos.

También fue en este año cuando la administración norteamericana promulgó las primeras sanciones financieras contra la dictadura de Nicolás Maduro en un intento por impedir que los ingresos obtenidos por la renta petrolera fueran utilizados para adquisición en equipos represivos, para alimentar la ya denunciada red criminal internacional y para ser escondidos por la oligarquía rojita en diferentes paraísos fiscales del mundo.

Tales sanciones bloquearon la posibilidad de negociar la deuda, obstaculizando la emisión de nuevos bonos sin respaldo por parte de Maduro en perjuicio de Petróleos de Venezuela S.A. Esto le permitió al régimen dictatorial justificar el incumplimiento de sus compromisos con los acreedores.

Dentro de este marco de eventos, el economista Luis Crespo señala que «El país está insolvente en sus compromisos financieros aproximadamente desde 2017. Venezuela está en «default», y eso es muy grave (…) Ante eso, la postura de la administración de Nicolás Maduro fue ponerse al margen e incumplir los compromisos y luego justificar esa conducta con las sanciones que le fueron impuestas».

Con tan irresponsable actitud del chavismo para asumir sus obligaciones (y la opacidad típica de los gobiernos totalitaristas), es complejo determinar la deuda externa real de Venezuela. Esto obliga a acudir a instituciones privadas o internacionales para obtener la información más cercana a la realidad. Y lo que arroja no es nada tranquilizador.

A pesar del período de ingresos petroleros extraordinario, el régimen chavista se encargó de construir una deuda externa de más de 150 mil millones de dólares, lo que ridiculiza los 3 mil millones de dólares que pagó HCF en 2007. Y si estos números son suficientes para aterrar a cualquier venezolano, el panorama puede ser peor.

Para Francisco Rodríguez, economista, el monto final puede ser superior a este. «La estimación que nosotros tenemos es de alrededor de 170 mil millones de dólares, contando las deudas por laudos arbitrales internacionales (…) Eso equivale al 250% del producto interno bruto de Venezuela, esos niveles no se pueden pagar. Ningún país puede pagar semejante cifra».

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Este economista trae a colación uno de los temas que complican solventar la deuda que el régimen socialista se encargó incrementar con todo el mundo: la ilegitimidad del indocumentado, lo que le impide actuar como representante legal ante los acreedores a pesar de ser él el responsable de esta situación.

Indica el economista que «Venezuela no está pagando su deuda. El país está en default con todos sus acreedores (…) Es importante precisar que este default es particular, porque es una cesación de pago, en la cuál la nación no está en condiciones legales y operativas de restablecer los servicios de esta deuda, porque el gobierno de Maduro, que controla la generación de ingresos del país, no tiene la representación legal. En Estados Unidos, donde está registrada la mayor parte de esta deuda, se reconoce a la administración de Juan Guaidó».

Así mismo agregó que «Además de la falta de reconocimiento de la administración de Nicolás Maduro, la economía está sancionada (…) Si Maduro quisiera pagar la deuda, no podría hacerlo porque sólo podrá hacerlo Juan Guaidó, quien es la persona que ha sido reconocida como la principal autoridad del país por los Estados Unidos».

Y si se piensa acudir al Fondo Monetario Internacional o al Banco Mundial para negociar la deuda externa venezolana, hay que tomar en cuenta que tanto para el FMI como para la gran mayoría de naciones democráticas del mundo, el indocumentado es un cero a la izquierda. Esto indica que, sólo con el retorno de la democracia, podremos encontrar la solución al abismo al que el socialismo empujó a todos los venezolanos.

Redacción: Luis González

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