En el día de ayer el presidente de Rusia Vladimir Putin, llamado ahora el «Hitler del siglo XXI», dio inicio a lo que algunos consideran la peor locura militar desde la Segunda Guerra Mundial: la invasión de Ucrania. Una grave situación a nivel mundial y la primera amenaza real tanto para la seguridad de la OTAN como la de las naciones libres del mundo. Si bien esto ocurre a miles de kilómetros de distancia de Caracas, ¿Venezuela podría verse afectada por este conflicto? La respuesta es sí. Y mucho más de lo que algunos piensan. Veamos.
En un mundo globalizado como el actual, el «efecto mariposa» ha pasado de ser una teoría a una realidad. Son muchos los eventos acaecidos en territorios lejanos cuyas consecuencias afectan a países localizados al otro lado del mundo. Y la cobarde guerra que una potencia como Rusia está desatando contra una nación militarmente más débil, es la muestra más reciente.
Según advierte Luis Vicente León, presidente de Datanálisis, este conflicto tendrá consecuencias negativas para Venezuela tanto en lo económico como en lo político, algo que muchos ignoran por completo.
La situación actual del país es compleja y delicada a consecuencia de las sanciones impuestas por Estados Unidos, la UE y otras democracias contra la dictadura, sumado al nulo reconocimiento internacional al usurpador Nicolás Maduro.
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En su limitada concepción, Maduro pensó que aliándose con el enemigo del occidente, como ha demostrado ser Rusia, obtendría beneficios tácticos. Esto tiene más de ilusión que de realidad, ya que Rusia es la onceava economía del mundo y no está en capacidad de mantener la corrupción chavista tal como si lo pudo hacer la extinta URSS con la sanguinaria dictadura de los Castro en Cuba.
Y si esto era así antes de la invasión, ahora el panorama se complica en cuanto el apoyo que Maduro esperaba recibir de Moscú. Una guerra es costosa y siempre requiere de grandes inversiones para recuperar el material invertido (equipos, municiones, hombres) y para reconstruir la infraestructura afectada, sobre todo cuando se planea quedarse con los territorios arrebatados como es la intención que ha demostrado Putin.
Lo anterior significa que Rusia redirigirá sus finanzas hacia sus propias necesidades, dejando en segundo plano a los aliados a nivel mundial, entre ellos, la dictadura chavista. Así que es posible que el régimen deba olvidarse del vital suministro de diluyentes y de la triangulación para la venta de petróleo que le ha permitido embarcar cargamento evadiendo las sanciones internacionales.
Este panorama se verá potenciado con las sanciones a nivel mundial que están dejando a Rusia fuera del sistema financiero lo que le impedirá solicitar créditos al occidente, créditos que, dicho sea de paso, le han servido para financiar la irracional guerra desatada por el honor del ego de Putin.
Hasta el momento, el dictador bananero no se ha atrevido a replicar los pasos dados por Moscú en cuanto a las regiones rebeldes pro rusas de Ucrania. Luis Vicente León lo explica advirtiendo que si el régimen «se ve tentado a participar en ese conflicto, por ejemplo, reconociendo diplomáticamente a los gobiernos de estas provicias rebeldes», se complicaría aún más su posición política e, incluso, su capacidad de negociación con Estados Unidos.
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Por otra parte, para el economista y director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, la situación desatada por las ambiciones rusas coloca a Venezuela en una curiosa posición. Señala que «Hay una paradoja para Venezuela con respecto al conflicto, porque efectivamente hay un impacto en la economía global, principalmente por el rol de Rusia como proveedor de gas y petróleo, que va a afectar los costos de las materias primas, entre otros aspectos».
Esto significa que si la industria petrolera venezolana logra estabilizar la producción (algo difícil de creer bajo un régimen chavista), el país podría obtener un 50% más de ingresos, dado el aumento internacional de hidrocarburos impulsados por el conflicto. Sin embargo, y aquí está lo paradójico, Rusia se ha convertido en pieza fundamental en las finanzas petroleras al utilizar su sistema financiero para canalizar los pagos por el hidrocarburo sancionado. Y es este sistema financiero el que está siendo bloqueado en este momento, cortando sus relaciones con los principales bancos y redes financieras del mundo.
Algunos apoyan la locura de Putin sólo por contrariar a los Estados Unidos sin entender que en la geopolítica actual muy pocas cosas suceden sin que afecten a todos los demás países del globo terráqueo. Como vemos, la actual invasión de Rusia contra una nación democrática como lo es Ucrania puede empeorar la situación venezolana haciendo complejo la obtención de fondos. Una situación que ira empeorando a medida que se prolongue la injustificada agresión que prácticamente todos los países del mundo han condenado.
Redacción: Luis González