El Aissami, uno de los hombres fuertes del chavismo, a quien se le reconoce por lograr acuerdos con países como Irán, se encuentra en la lista estadounidense de los más buscados.
Actual ministro de Petróleo, designado el 27 de abril de 2020 según la Gaceta Oficial Extraordinaria número 6.531. Presidente de la comisión presidencial para la reorganización de la industria petrolera, desde el 20 de febrero de 2020. También fue dado a conocer el 14 de junio de 2018 como Vicepresidente del Área Económica de Venezuela, antes ocupó la gobernación del estado Aragua y fue ministro de Interior y Justicia.
Tareck Zaidan El Aissami Maddah nació en la población de El Vigía, estado Mérida, el 12 de noviembre de 1974, en el seno de una familia de origen sirio-libanesa.
Lideró el Movimiento Estudiantil Utopía 78 y siendo presidente de la Federación de Centros de Estudiantes de la Universidad de Los Andes, conoció al entonces docente de esa casa de estudios, Adán Chávez, hermano del fallecido presidente Hugo Chávez. De esta manera se integró al Movimiento V República y en 1997 pasó a la dirección nacional de la Juventud del partido.
Después de graduarse de abogado en la ULA, se inició en la administración pública como primer jefe de la Misión Identidad, organizada en 2003 por la entonces Oficina Nacional de Identificación y Extranjería (Onidex).
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Consiguió una curul en la Asamblea Nacional (AN) por el estado Mérida en las elecciones parlamentarias del 2005. No obstante, su paso por el órgano Legislativo duró apenas un año, ya que en enero de 2007 se incorporó al gobierno como viceministro de Prevención y Seguridad Ciudadana.
El 8 de septiembre de 2008, Ramón Rodríguez Chacín, entonces ministro de Interior y Justicia, alegando razones «estrictamente personales», anunció en una rueda de prensa su salida del Gobierno y aprovechó para presentar a El Aissami como su sucesor.
Como ministro encargado y luego como titular, El Aissami conservó el cargo hasta octubre de 2012, cuando lo entregó para dedicarse a la campaña electoral por la gobernación de Aragua.
Las cifras del Observatorio Venezolano de Violencia revelan que, durante los cuatro años de su gestión ministerial, se registraron 71.075 muertes violentas en el país, lo que da un promedio de 48 asesinatos diarios. El Aissami reconoció «no hemos podido bajar del piso de los 50 homicidios por cada 100.000 habitantes», el 21 de junio de 2012, el día siguiente de que Chávez presentara la «Gran Misión A Toda Vida Venezuela» para combatir la delincuencia desatada.
Aunque primero había sido anunciado como candidato del PSUV para el Táchira, terminó haciendo carrera para la gobernación de Aragua. El 16 de diciembre de 2012 le ganó la gobernación al entonces diputado de la MUD, Richard Mardo, con 55,54% de los votos.
El 11 de septiembre de 2014, se conoció la muerte de ocho personas en el estado Aragua por una enfermedad desconocida, con síntomas similares al ébola. Así lo informó Ángel Sarmiento, presidente del Colegio de Médicos del estado. Al día siguiente, el gobernador convocó una rueda de prensa para desmentir la emergencia, asegurando que se trataba de una matriz de opinión «terrorista» y descalificando al doctor Sarmiento.
Desde inicios de 2015, El Aissami fue vinculado por los medios internacionales con el narcotráfico y el extremismo islámico. Un reportaje publicado por La Nación de Argentina denunció: «Siempre de acuerdo a los venezolanos ahora radicados en Estados Unidos, el gobierno de Chávez mantenía varios negocios sucios con Irán. Estos incluían el envío de cocaína, documentos y equipos en un avión Airbus A340 que hacía la ruta Caracas-Damasco-Teherán y que funcionó entre marzo de 2007 y septiembre de 2010 bajo la supervisión del entonces ministro del Interior venezolano, Tareck El Aissami, hoy gobernador del estado de Aragua. Con la coordinación del encargado comercial de la embajada de Venezuela en Damasco, el libanés Ghazi Nasr al-Din, la droga era desembarcada en la capital siria y servía como fuente de financiamiento para el grupo terrorista Hezbollah. A su regreso la aeronave, apodada ‘aeroterror’ por los venezolanos, traía dinero en efectivo y terroristas buscados internacionalmente con nuevos pasaportes venezolanos».
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Otra acusación fue la realizada por el ex subsecretario de Asuntos Hemisféricos del Departamento de Estado, Roger Noriega, quien declaró a El Nuevo Herald que El Aissami, junto a Diosdado Cabello y con conocimiento de Nicolás Maduro, está inmerso en el tráfico de drogas.
El 18 de mayo de ese año, el estadounidense The Wall Street Journal publicó las investigaciones llevadas a cabo por una división élite de la DEA y fiscales federales de Nueva York y Miami en contra de funcionarios venezolanos, entre los que destacaba El Aissami, bajo sospecha de convertir a Venezuela «en un centro global de tráfico de cocaína y lavado de dinero».
El 26 de enero de 2017 se oficializó en la Gaceta 41.083 el traspaso de 15 funciones del presidente Maduro a manos de Tareck El Aissami, con el objetivo de «lograr la mayor eficacia política, la refundación de la nación venezolana».
Poco después, el 13 de febrero, después de años de investigación, fue sancionado por el Gobierno de Estados Unidos por su presunta participación en narcotráfico y lavado de dinero. Esta medida le revocó la visa, confiscó sus propiedades en ese país y le prohibió realizar transacciones financieras o comerciales con entes estadounidenses.
Por su parte, el departamento del Tesoro de Estados Unidos afirmó que El Aissami facilitó el embarque de más de una tonelada de drogas desde Venezuela a Estados Unidos y México.
El 7 de julio de 2018, Maduro anunció en una transmisión de VTV, «un decreto que tiene la fuerza presidencial que he estudiado muy bien para darle todo el poder al compañero Tareck El Aissami como ministro de Industria y Producción Nacional y vicepresidente de Economía para realizar todos los pasos tendentes a reestructurar, simplificar los sistemas de trabajo de producción de todas las empresas básicas de Guayana».
Tareck El Aissami figura como el primero en la lista de las 10 personas más buscadas por el Departamento de Seguridad de los Estados Unidos. En la ficha del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EEUU, al funcionario chavista se le atribuyen cargos de «narcotráfico internacional».
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Su nombre también figura entre los 18 funcionarios del régimen de Maduro sancionados por la Unión Europea. Las medidas implican la prohibición de viajar a territorio comunitario y la congelación de sus bienes «por haber vulnerado los principios democráticos, el estado de derecho y la democracia».
Igualmente, forma parte de los funcionarios y empresarios, conectados con el gobierno de Maduro, que fueron sancionados por el TIAR el 3 de diciembre de 2019.
El 26 de marzo de 2020, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos acusó a Nicolás Maduro, Tareck El Aissami y una decena de funcionarios rojitos de estar involucrados en delitos de narcotráfico, terrorismo y lavado de dinero.
Apegándose al eterno discurso chavista, como ministro de Petróleo responsabilizó a las sanciones económicas de Estados Unidos de las dificultades para adquirir los aditivos químicos, insumos y repuestos necesarios para la producción de gasolina.
A pesar de su talante aparentemente tranquilo, El Aissami es un elemento radical y un criminal de cuidado. Bien lo advirtió Rocío San Miguel, presidenta de la ONG Control Ciudadano para la Seguridad, la Defensa y la Fuerza Armada Nacional: «Su figura, su personalidad, su proceder y antecedentes aumentarán los enfrentamientos en el país». Tenía razón.
Redacción: Alicia Salazar