Un simple masaje puede salvar la vida de los bebés prematuros

Salud
En países como India es tradicional masajear con aceites a los recién nacidos. Los estudios demuestran que, con la técnica correcta, estos masajes pueden salvar vidas.

Renu Saxena relató para BBC que cuando llevó a su hija nacida prematuramente a casa, desde el hospital Bengaluru al sur de la India, su familia le propuso inmediatamente que le aplicara un antiguo remedio indio para ayudar a los recién nacidos a desarrollarse: el masaje diario. La bebé solo pesaba 2,4 kilogramos y los médicos quisieron ser más cautos, le sugirieron que esperara a que la pequeña ganara más peso antes de empezar con la terapia casera.

Saxena decidió esperar dos semanas. Pero durante ese período, la niña apenas ganó 100 gramos de peso por semana y dormía irregularmente.

Fue cuando Saxena contrató a una enfermera neonatal jubilada y aprendió, gracias a ella, el arte del masaje para bebés que las cosas comenzaron a mejorar. Su hija empezó a dormir bien y también engordó.

Diversos estudios han demostrado que estos masajes realizados con la técnica correcta, pueden ayudar a los bebés a ganar peso, previenen infecciones bacterianas y reducen la mortalidad infantil hasta en un 50%. Por supuesto, los padres interesados en aplicar esta técnica deben consultar con su médico primero para asegurarse de que es la adecuada para su hijo.

La enfermera de neonatología le enseñó a Saxena a calentar los aceites, alternando entre el de coco puro y el de almendras, para luego aplicarlos con seguridad sobre la piel de la niña durante media hora cada día, antes de un baño caliente.

Detalla la joven madre: «Empezamos con suaves caricias en forma de corazón sobre la barriga del bebé y las extendimos a otras partes del cuerpo». «Luego ejercitamos suavemente las extremidades, tocando las puntas de los dedos de los pies hasta la frente para aliviar cualquier gas atrapado».

Los investigadores afirman que los beneficios para la salud de masajear a los bebés pueden prolongarse hasta la edad adulta. Gary Darmstadt, profesor de medicina neonatal y del desarrollo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford asegura que «la piel es el órgano más grande del cuerpo, pero a menudo minimizamos lo importante que es su cuidado para la salud en general».

En 2008, un estudio sobre 497 bebés prematuros que recibieron masajes diarios en un hospital de Bangladesh, demostró que esta tradición sí puede salvar vidas. Incluso los aceites utilizados en los masajes pueden ayudar a mejorar el microbioma de la piel de los pequeños.

Según destacó Darmstadt: «Vimos una reducción de aproximadamente un 40% en el riesgo de infección y de un 25-50% en el riesgo de mortalidad, lo cual fue significativo».

El microbioma desempeña un papel primordial en el fortalecimiento de la inmunidad al actuar como una eficaz barrera que mantiene alejadas las infecciones: «En los bebés prematuros, la barrera cutánea no funciona tan bien y, por tanto, se tiende a perder agua a través de la piel. El agua se evapora muy rápidamente y con ella se va el calor. Es fácil que el bebé entre en hipotermia».

Cuando la temperatura corporal del recién nacido desciende demasiado, podría ser mortal: «El bebé pierde mucha energía. Una energía que podría destinarse al crecimiento y a otros aspectos esenciales de la función corporal».

Otro estudio sugiere que los masajes estimulan el nervio vago, que une el cerebro con el abdomen, lo que contribuye a una mejor digestión y absorción de nutrientes. Esto es lo que ayuda a los bebés a ganar peso, además de reducir el estrés y el dolor.

Tiffany Field, profesora de pediatría, psicología y psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Miami, ha revisado varios estudios de diferentes países sobre el masaje a bebés prematuros y promueve esta práctica, aunque le recuerda a los padres que la técnica correcta es crucial.

Recalca Field: «Hay que mover la piel, aplicando una presión moderada, pero una caricia demasiado suave puede hacer que el bebé sienta cosquillas. A la mayoría de los bebés no les gusta eso y no es terapéutico».

Los aceites de coco, de semillas de girasol y sésamo son los más beneficiosos, de acuerdo a la investigación de Darmstadt: «Estos aceites tienen un alto contenido en ácido linoleico, un componente que el cuerpo no puede fabricar. Y hay receptores en la piel que se unen a ese ácido graso específicamente, para que sea metabolizado. Hay pruebas que sugieren que los ácidos grasos del aceite también pueden estimular y mejorar la función inmunitaria de la piel».

Redacción: Enrique Hernández

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