Todos hemos escuchado sobre la odisea por la que tienen que pasar los pacientes con VIH en Venezuela para seguir con sus tratamientos. Una odisea que se enfrenta a su mayor reto ante la posibilidad de la desaparición de los inventarios de tratamientos contra el VIH para el año próximo.
Aunque parezca increíble, el régimen chavista, el responsable de garantizar estos antirretrovirales, no adquiere fármacos contre el VIH desde 2016, por lo que los pacientes con esta condición dependen de las ayudas internacionales, como la proveniente del Fondo Mundial para la Lucha contra el VIH/SIDA y el aporte de otros organismos del exterior. Pero hay un grave problema en el futuro inmediato: esta ayuda finaliza el 31 de diciembre del presente año y no hay señales de que el régimen esté dispuesto a asumir sus responsabilidades para con la población venezolana.
Por el momento, las farmacias responsables de la distribución de estos antirretrovirales señalan que el inventario actual solo alcanza hasta febrero. A pesar de que el último cargamento de medicamentos específicos contra el SIDA llegó hace dos meses y medio (lo que permitiría extender el inventario hasta abril de próximo año), el mismo se encuentra retenido en la aduana sin que nadie sepa la razón. Eduardo Franco, presidente de la Fundación Manos Amigas por la Vida (MAVID), en Carabobo, expresó que «no sabemos qué pasa y eso nos preocupa porque podríamos tener un desabastecimiento peligroso».
Aprovechando de que el primero de diciembre se celebra el Día de Lucha contra el VIH, las diferentes organizaciones enfocadas en enfrentar este mal solicitan al estado que asuma su responsabilidad en la adquisición de estos medicamentos. La actual situación pone en peligro la vida de miles de pacientes y aunque la ayuda internacional llega a los seis millones de dólares al mes, lo cierto es que se requieren más de treinta millones de dólares mensuales para atender de manera cabal a la población afectada.
En este momento, solo un grupo de pacientes tienen disponibilidad de tratamientos. Aquellos denominados multirresistentes se encuentran excluido de los mismos, lo que pone en peligro sus vidas. Así mismo, se carecen de fármacos para enfrentar las enfermedades oportunistas y no hay existencia de reactivos para diagnosticar la enfermedad o para hacerle seguimiento.
Como resultado de esto, ya han fallecido 120 pacientes sólo en el estado Carabobo, el cual cuenta con una población de 3.700 pacientes con SIDA. Esto sin contar a los ya nombrados multirresistentes, que suman más de 2.000 y quienes se ven obligados a comprar el medicamento en el exterior en una lucha constante por sobrevivir.
Por desgracia, el panorama no dejar de empeorar. Durante el presente año 2021, el incremento del VIH en mujeres embarazadas ha sido del 50%. Y la «ayuda» del régimen por cada bebe de madre con SIDA es de cuatro latas de fórmulas lácteas, cantidad que apenas alcanza para un par de semanas.
Más aún: en un informe de Monitoreo Global de SIDA (GAM) de 2021 correspondiente a la población afectada en Venezuela, entre 2010 a 2017, 17.551 pacientes fallecieron de SIDA. Esto representa un aumento en la tasa de muertes por 100.000 habitantes, del 6,4% al 8,6% en el período señalado.
Por otra parte, el más reciente informe sobre la situación de los servicios de atención y tratamiento de VIH publicado por la Red Venezolana de Gente Positiva y Acción Ciudadana Contra el SIDA (ACCSI) con el respaldo del Fondo Mundial y ONUSIDA, en los seis primeros meses de 2021 fueron detectados 1.506 nuevos casos de SIDA en el país. Un aumento del 50,46% en comparación con 2020.
Redacción: Luis Alfredo González Pico