Los especialistas dan útiles recomendaciones a los venezolanos para afrontar el duelo de una ausencia durante las fiestas decembrinas.
Cuando hablamos de la salud emocional de los venezolanos, es imposible dejar de lado la situación económica del país, la crisis migratoria, la pobreza extrema y la incertidumbre de la pandemia. Todos estos factores han provocado síntomas de ansiedad y estrés en las personas, que se intensifican en la época navideña.
En el caso de los millones de venezolanos que han emigrado, muchos de ellos no tienen con quién celebrar la navidad, lo que sumado al proceso de adaptación a las costumbres de otro país, incrementa la sensación de soledad y tristeza. La otra cara de la moneda es el vacío que la ausencia de estas personas han dejado en los familiares y amigos que se quedaron en el país.
Inevitablemente, en navidad es frecuente que las personas revivan con nostalgia los momentos compartidos con los seres queridos que emigraron o que fallecieron recientemente, y estos recuerdos pueden volverse dolorosos. Muchas veces quienes se encuentran en esta situación experimentan irritabilidad ante los mensajes de felicidad propios de las fiestas decembrinas, lo que agudiza su angustia, causando que no tenga ganas de celebrar ni compartir.
Raúl García, psicólogo y presidente de la Fundación Psiconecta, señaló que para algunas personas no será fácil sobrellevar la temporada navideña ante la ausencia de uno o varios seres queridos, en medio de los “escenarios de duelo” en Venezuela tras la pandemia y la diáspora.
García explicó: «Este es un proceso psicológico importante y que cada uno lo va a afrontar desde su manera (…) lo primero a evitar y la primera recomendación, es que no se aisle. Evitar aislarse, encerrarse en casa solo, lejos de familiares y amistades; porque esto lo que hace es incrementar ese sentimiento de duelo y dolor».
El especialista recomendó, además, recordar las cosas buenas de la persona que ya no está, rememorar solo los momentos de felicidad y evitar pensar en las cosas malas que pudieron pasar.
Sobre el proceso aclaró que «es importante entender que como persona uno tiene que vivir el duelo. Vivir el duelo implica aceptar y asumir que por momentos me voy a sentir mal, me voy a sentir decaído y que no tiene mucho sentido recordarlo de una forma positiva (…) esto pasa con asumir que uno es un ser humano, no es de hierro ni un robot. Aceptar que uno es un ser con emociones».
Otras recomendaciones incluyen no centrar toda la atención en la ausencia, sino mirar a su alrededor y darse cuenta de que existen otras personas que pueden brindar calidez y compañía.
A quienes se encuentran en otro país se les recuerda que aprovechen lo que ese nuevo lugar tiene para brindarle, conozca su forma de celebrar las fiestas y trate de disfrutar las nuevas experiencias.
Si hay alguien de su familia, algún amigo o vecino que quiera compartir la nochebuena con usted, acepte sin dudar.
Aunque parezca banal, vestirse bien y comprar regalos realmente puede contribuir a su estado emocional. No necesariamente tiene que lucir algo nuevo, pero sí hacer un esfuerzo por su apariencia para levantar el ánimo.
Y en última instancia, puede tomarse un tiempo para usted siempre y cuando no se aisle. Haga algo que le agrade: puede pasear a solas, ver vitrinas o quedarse en casa viendo una película, escuchando buena música, leyendo un libro o meditando. Podría ser un buen momento para conectarse consigo mismo.
Redacción: Lis Parra