Ya finalizó el show de la dictadura de convocar a unas elecciones para aparentar una inexistente democracia en Venezuela. Los votos fueron realizados y los resultados saltan a la vista. El chavismo se queda con la mayoría de las gobernaciones y el mapa de Venezuela sigue siendo, por desgracia, rojo. Sin embargo, ¿estos resultados indican que los venezolanos apoyan al proceso «revolucionario» que ha hecho rico a los enchufados y empobrecido al resto del país? Aunque pareciera que esto es así, la verdad apunta en otra dirección. Y es que, según las cuentas, la oposición le sacó al chavismo más de un millón de votos de ventaja.
Así lo indica el politólogo Pedro Benítez quien asegura que esta es la diferencia que los factores adversos a la dictadura de Nicolás Maduro lograron obtener a pesar de la baja afluencia de votantes y los más de seis millones de venezolanos que se encuentran en el exterior y quienes no pudieron ejercer su derecho al voto.
Para Benítez, quien también es profesor de la Universidad Central de Venezuela, la conquista de tantas gobernaciones por parte del chavismo se debe a que en muchas de ellas la oposición participó dividida, lo que le dio la ventaja al régimen. Tal es el caso de la gobernación del estado Táchira donde la diferencia entre Laidy Gómez, la actual gobernadora democrática, y el talibán chavista Freddy Bernal, fue de alrededor de 3.000 votos. El triunfo de Gómez era algo seguro, pero el ego de Fernando Andrade (socialcristiano) por participar al ser «el candidato de Guaidó» y estar apoyado por la Mesa de la Unidad, distrajo más de 50.000 votos de la oposición permitiendo que Bernal se hiciera con el triunfo. Una historia de egoísmo político que traicionó la democracia por la insistencia de satisfacer agendas partidistas y personales.
El ejemplo de lo ocurrido en el Táchira es una radiografía de lo acaecido en otras entidades. En este estado andino, los votos de quienes se oponen a la dictadura resultó muy superior al número de votos que logró el régimen, esto asumiendo que no hubo fraude ni votación inflada, algo que se ha denunciado en anteriores ocasiones. Por esto, a pesar de que se habla de 20 gobernaciones para el chavismo (aunque hay dos que en este momento no tienen en claro quién es el ganador), lo cierto es que la mayoría de los venezolanos rechazan el proyecto chavista de hambre y muerte. Algo que podemos apreciar si tomamos en cuenta que la oposición pasó de 27 alcaldías a dominar a 130,
Tomando en cuenta lo ocurrido, Pedro Benítez sugiere a la oposición la necesaria revisión interna con el objetivo de desarrollar una verdadera estrategia única para los comicios de 2024. La estrategia del chavismo de presentarse en la mayoría de los estados con un solo candidato oficial, demostró ser más efectiva que la fragmentación del voto opositor entre diferentes candidatos de la disidencia.
Si en algo ha sido hábil la dictadura, es en dividir a la oposición haciendo uso, en algunos casos, de «opositores» a la medida. Además, ha sabido sembrar desconfianza en cuanto a la efectividad del voto lo que ayuda a fomentar la abstención. Y cuando esto falla y la oposición logra culminar con éxito un proceso electoral, al régimen procede a anular al ganador. No podemos olvidar que cuando Laidy Gómez ganó la gobernación del Táchira en 2017, Juan Guanipa logró hacerse con la gobernación del Zulia. En aquel momento la reacción del régimen fue fulminante: a Guanipa le arrebataron el triunfo por no reconocer al indocumentado como presidente y a Gómez, quien si lo reconoció, le colocaron un para-gobernador bajo la inexistente figura legal de «El Protector». Freddy Bernal fue el encargado de asumir ese rol y desde el principio comenzó a recibir los presupuestos que le negaron a la gobernadora elegida, creando una red de corrupción y contrabando ampliamente denunciada por la propia Laidy Gómez.
Como vemos, es cierto que los venezolanos no quieren al chavismo, pero también es cierto que hay una oposición corrupta o egocéntrica a quienes les interesa llamar la atención sin importarles el costo que el país tendrá que pagar por su egoísta visión. Esto coloca a Venezuela ante la situación de tener que enfrentar a la dictadura de Nicolás Maduro, a sus aliados directos e indirectos y a los politiqueros de agendas ocultas. Aunque esto parezca un panorama difícil, la historia ha demostrado que cuando un pueblo es tan indomable como el venezolano, al final acabará pasando sobre cualquier obstáculo con tal de alcanzar su libertad.
Redacción: Luis Alfredo González Pico