Los emprendedores gastronómicos venezolanos no se rinden a pesar de la crisis

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El sector gastronómico venezolano ha sido duramente golpeado, no solo por la crisis que padece el país sino también por la pandemia. Sin embargo, los emprendedores no se rinden.

La gastronomía venezolana es muy variada, dependiendo de la región. Y cuando se habla de los emprendimientos del sector hay que reconocer que se trata de un tema complejo. La crisis económica que atraviesa actualmente Venezuela, unido a la escasez de alimentos, ha perjudicado directamente a los restaurantes y otros tipos de negocios del ramo.

Sin embargo, quedarse de brazos cruzados no es una opción para un enorme grupo de venezolanos que decidió permanecer en el país convencidos de que, algún día, Venezuela volverá a la normalidad.

En todo el país han surgido distintas iniciativas de venta de comida, sobre todo en las redes sociales, para subsistir durante la pandemia y paliar los efectos de la difícil situación económica. Muchas han sido un éxito, otras no lograron prosperar.

Andreina Stumpo es una emprendedora gastronómica que vivió por un tiempo en Panamá, pero poco antes de la pandemia decidió regresar a la ciudad de Barquisimeto. Aunque se encontró con una hiperinflación imparable y constantes fallas en los servicios de agua, luz y gas doméstico, no se dejó amilanar y decidió expandir un proyecto surgido en Panamá, posteando en su cuenta de Instagram, @inacocina, las fotos y recetas de sus mejores platos.

Relató que «no venía con la idea de vender, pero me empezaron a pedir. Ahí decidí armar un menú y ofrecerlo. Cuando empecé a hacer sándwiches de pernil fue una locura, todos me los pedían. Arranqué en diciembre de 2019 y no he parado». También contó que no tuvo quien la ayudara a impulsar su emprendimiento y, por esa razón, decidió «apoyar a otros» que empezaron a «hacer lo que mejor saben» en sus propias cocinas.

Explica Andreina: «Empezaron a traerme productos para probarlos y darles el visto bueno. Una vez, un muchacho muy humilde que me sigue en Instagram vino de muy lejos en bicicleta a traerme unos tequeños para que los probara. Eran muy buenos y le di ideas para mejorar la presentación lo más posible». La consecuencia de la cantidad de productos de calidad que encontró fue una iniciativa a la que llamó «El patio de Ina», dedicada a reunir, en el patio de su casa, a varios emprendedores como ella. La entrada es gratuita y los asistentes sólo pagan lo que consumen.

Tuvo tanta aceptación que los eventos empezaron a realizarse en lugares más amplios, al aire libre, con buena música, buena comida y mucho entusiasmo: «Hay marcas que ya están en supermercados, bodegones, tienen más productos y son de primera. Aquí han surgido demasiado. Hay gente muy preparada, hay escuelas culinarias buenísimas, van muchachos a los que se les hace muy costosa una universidad. La gente está fascinada con el delivery, eso no se veía».

Stumpo cree que «la gente quiere que el país cambie, mejore, que la gente venda y que haya oferta». Indica que es un gran esfuerzo que hacen muchos para no hundirse en la crisis. El apoyo mutuo es indispensable, por ejemplo, para Grace Mihalopoulos, chef pastelera, participar en «El patio de Ina» fue una experiencia diferente que le permitió ponerse en contacto con otros emprendedores y adquirir más clientes: «Conocí a Andreina por un amigo de la ruta de la cocina. En varios de sus talleres usa mis croissants y gracias a ella más personas han llegado a mí. La primera vez que participé vendí todo. Voy a participar en el próximo, con un stand más grande».

Si bien es cierto que cualquiera pensaría que la economía venezolana está superando sus problemas al ver que se abren nuevos restaurantes y bodegones en las principales ciudades, el economista Jesús Casique cree que estos emprendimientos solo mejoran las economías familiares, pero hacen muy poco por la macroeconomía del país: «Los bodegones, los restaurantes y los camiones de hamburguesas no van a reactivar el aparato productivo, la industria petrolera, la manufactura, que es el motor de la economía. Más allá de estas nuevas empresas, hay que ver el tejido industrial. El sector privado está muy golpeado por las políticas gubernamentales».

Y ese es, justamente, el mérito de los cientos de emprendedores venezolanos que apuestan por la pequeña empresa, están retando a la dura y siempre presente crisis, a la pandemia y a la parálisis económica.

Redacción: Sebastián Yáñez

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