Estas son las 7 lecciones que podemos aprender de nuestros amigos los perros

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Algunos comportamientos de nuestros perros son verdaderas lecciones que deberíamos aprender e imitar cada día, si lo hiciéramos nuestras vidas serían más felices.

Los perros son una de las criaturas que más empatía y cariño brindan al ser humano. La relación entre las personas y los perros se consolida de una forma muy fuerte. ¿Quién no ha escuchado alguna vez a alguien decir que prefiere los perros que las personas? La fidelidad y el cariño que ofrecen no se compara a la de ningún otro ser, aunque sabemos que los gatos pueden ser tan cariñosos como los perros. Lo que muchos de los dueños de mascotas no tienen en cuenta es que podemos aprender muchas cosas de la convivencia con los amigos caninos.

Son pautas y comportamientos que pueden mejorar nuestro día a día. Aquí hay 7 lecciones que los perros pueden enseñarnos sobre lo que realmente importa en la vida:

Vive el momento

Aunque los perros recuerdan cosas como dónde se guardan las golosinas, qué calle los lleva a casa y a quién conocen, solo acceden a esa información cuando la necesitan, es decir, en el momento. Ya sea que estén comiendo un plato de comida o persiguiendo una pelota, los perros viven el presente. El pasado se fue; no puedes hacer nada al respecto. El futuro se desconoce. Lo único que realmente puedes hacer es disfrutar y moldear el ahora.

Juega todos los días

A los perros les encanta jugar, lo que generalmente implica mucho movimiento, ya sea correr, perseguir o saltar. Este es un buen recordatorio para mover nuestros cuerpos todos los días. Jugar abre tu mente y espíritu a todo tipo de nuevas ideas y creatividad. Es un descanso necesario del entorno de trabajo constante. Los perros te dan una razón para salir y caminar, hacer senderismo, correr, andar en bicicleta o incluso patinar.

Muchos de los dueños de perros alguna vez han pensado cómo sería estar en su piel. La relajación también es parte de su rutina. Entonces, sigue el ejemplo y reserva una parte del día para tomar una siesta, leer tranquilamente un buen libro o escuchar música. Como hemos dicho antes, el día a día es agitado, así que no dudes en jugar y practicar esos pequeños momentos de relajación.

Salta de alegría cuando estés feliz

Está claro que los perros no pueden hablar, pero lo cierto es que el lenguaje no verbal de estos animales nos hace saber lo que quieren y qué están sintiendo. Una clara señal de que es bueno ser más expresivos y aprender a decir lo que sentimos y lo que queremos sin miedo.

Vivimos la vida tan rápido que a menudo nos olvidamos de emocionarnos y celebrar los buenos tiempos porque ya estamos en lo que sigue, cuando de verdad hay mucho por lo que saltar de alegría.

Acéptate

Los seres humanos pasamos mucho tiempo tratando de vernos como la versión de la perfección en lugar de amar nuestras características únicas, nuestra vida única y, por supuesto, nuestros problemas únicos.

Un perro nunca mostrará vergüenza o culpa después de cometer un error más allá del momento reprimenda. Ellos no sienten eso, pero muchas veces los seres humanos nos avergonzamos de nuestros fracasos o problemas, cuando lo que tendríamos que hacer es seguir adelante. Un error es malo en un momento determinado, pero a la larga nos enseña una lección.

Disfruta el viaje

Cuando los perros van a dar un paseo en carro, asoman la cabeza por la ventana, huelen el aire y sienten el viento contra su pelaje. No les importa a dónde van. Simplemente están disfrutando del viaje. Aunque los objetivos son excelentes para organizarnos, a menudo olvidamos que lo que más importa es el viaje. Cuando nos apegamos demasiado al resultado, nos preparamos para la frustración, la depresión o incluso la ira si no se cumplen nuestras expectativas.

La próxima vez que establezcas una meta, permanece abierto a otras posibilidades y disfruta de cada momento de emoción y creatividad.

Sé leal y confiable

Los perros, desde toda su vida, han sido y son animales gregarios, lo que significa que tienden a formar grupos para sentirse más seguros. Así, el ser humano, cada día más individualista, puede tomar esto como ejemplo para socializar y formar una pandilla con la que realizar diversas actividades.

Los perros juegan con su manada, defienden a su manada. Este es un gran recordatorio para que todos seamos miembros conscientes de nuestra manada humana. Aquí se aplica la regla de oro de tratar a los demás como te gustaría que te trataran. Ser un amigo, pareja, hermano, compañero o padre leal y confiable enriquecerá su vida de muchas maneras.

Ama incondicionalmente

Pase lo que pase, los perros te aman incondicionalmente. Menean la cola cuando te ven, sin importar en qué estado de ánimo estés. Todavía quieren darte grandes besos húmedos, incluso si les acabas de gritar. Y te perdonan instantáneamente sin importar cómo te comportes. Amar a los demás incondicionalmente es una tarea difícil, pero es la que seguramente haría del mundo un lugar mejor si todos lo intentamos.

Entonces, si tienes perros, no olvides que podemos aprender mucho de ellos y siempre alegrarán tu día.

Redacción: Enrique Hernández

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