Claudia Díaz, extesorera de Chávez será extraditada a los EE.UU.

Internacionales

A Claudia Patricia Díaz Guillen, la mujer que pasó de ser de enfermera del nefasto Chávez a Tesorera de Venezuela, se le acabó su estadía en España. Y es que los magistrados de la Sección Tercera de la Audiencia Nacional española decidieron aprobar su extradición a los Estados Unidos, país que la acusó en diciembre de 2020 de asociación delictiva para cometer lavado de dinero, soborno internacional y organización criminal con el fin facilitar dólares preferenciales a Raúl Gorrín, a cambio de comisiones. Una acusación que involucra a su esposo Adrián Velásquez Figueroa, exjefe de seguridad del finado Hugo Chávez.

En la reclamación del Tribunal Federal del Distrito Sur de Florida se indica que Raúl Gorrín, un millonario venezolano actual dueño de Globovisión y «enchufado» de la dictadura de Nicolás Maduro, pagó millones de dólares para acceder a divisas con tasa favorable dentro del mecanismo de Cadivi, un sistema supuestamente diseñado para «beneficiar» al sector productivo ofreciendo dólares a bajo precio para transacciones comerciales. Gracias al entramado de corrupción entre Claudia Patricia Díaz Guillen y Gorrín, este logró apoderarse de millones de dólares que le correspondía al sector productivo nacional.

La Fiscalía norteamericana también hace mención de transferencias realizadas por el magnate desde cuentas en Suiza a otras en Estados Unidos. Las cuentas en territorio americano que recibieron estas transferencias (de por lo menos 8,6 millones de dólares), corresponde a Adrián Velásquez Figueroa, esposo de Claudia Patricia Días Guillen. No solo esto: algunos bienes comprados por Raúl Gorrín como aviones privados, mansiones, yates, relojes de lujo, caballos campeones y hasta la marca de un diseñador de moda, fueron a beneficio de Velásquez Figueroa.

En 2017 Raúl Gorrín fue acusado por las autoridades de los Estados Unidos de conspiración y blanqueo de capitales bajo el esquema de Andrade y Gabriel Arturo Jiménez Aray, ex propietario del Banco Peravia en República Dominicana. En 2018 se le declaró fugitivo. En la actualidad se desconoce su paradero aunque algunos sospechan que se encuentra bajo la protección de la dictadura de Nicolás Maduro, al igual que están protegidos algunos terroristas como los líderes de las FARC y el ELN.

Claudia Patricia Díaz Guillen y Adrián Velásquez Figueroa fueron detenidos en España en diciembre de 2020 como resultado de una operación conjunta entre la Unidad de Drogas y Crimen Organizado y la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal, procedimiento dirigido por el Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional. Previamente, en 2018, ya habían sido arrestados en este país ibérico en atención a una solicitud de la embajada chavista de Venezuela en Madrid. En aquel momento se les acusó de delitos de legitimación de capitales, asociación para delinquir y enriquecimiento ilícito. En 2019 fueron dejados en libertad una vez rechazada la solicitud de extradición del régimen venezolano. La justicia española justificó su liberación por una «posible vulneración de derechos fundamentales» a los que de seguro serían objeto dentro del criminal sistema de «justicia» chavista.

Por su parte Claudia Patricia Díaz Guillen, la enfermera personal convertida en la tesorera de un país, asegura que sus ahorros en la banca venezolana, consumidos por la hiperinflación galopante inducida por la dictadura, apenas llegan a 5 dólares y que gran parte de su patrimonio se debea a la familia adoptiva de su esposo, el antiguo funcionario de la Guardia Presidencial de Chávez devenido a comerciante. Ya tendrán tiempo para demostrarlo ante los tribunales norteamericanos.

Pero no todas son malas noticias para estos esposos. Entre ser extraditados a los Estados Unidos o a Venezuela, la justicia española decidió entregarlos a un sistema donde existe justicia y en dónde no serán eliminados lenta y cruelmente como lo fue el general Isaías Baduel y otros miles de presos olvidados en repugnantes calabozos a manos del sadismo de sus custodios.

Se podría decir que corrieron con suerte.

Redacción: Luis Alfredo González Pico

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