El Koki regresa a la Cota 905… ¿por cuarta vez?

Nacionales

Hace algunos meses, la redes en Venezuela estallaron cuando los funcionarios del régimen chavista se adentraron en la Cota 905 para atrapar a Carlos Revete, mejor conocido como El Koki, un peligroso criminal que logró tomar un amplio sector de Caracas donde era amo y señor y en donde las autoridades policiales no podían entrar. Sin embargo, a pesar del despliegue policial, el nutrido intercambio de disparos ocurrido y la muerte de inocentes, lo cierto es que el operativo fracasó en su objetivo de detener al Koki y sus principales lugartenientes. Tal parece que Revete logró «desvanecerse» en el aire, escapando del fuerte cerco policial como por arte de magia. Algo que no es la primera vez que ocurre.

Se sabe que, en por lo menos tres ocasiones El Koki ha sido el objetivo de fuertes despliegues policiales los cuales ha evadido sin mayores problemas. Semejante facilidad para desaparecer de un sector abarrotado de policías para aparecer en otro, ha generado teorías que apuntan a que todos estos operativos son parte de una farsa por parte del régimen de Maduro para hacer creer que son ellos lo que tienen el control del país. Una ópera bufa que nunca han tenido la intención de atrapar a El Koki, ya que, según se dice, este es un activo del chavismo para mantener bajo control a las barriadas populares de la capital.

El Koki y todas las megabandas existentes en Venezuela, son producto de las políticas sociales implantadas, primero por el nefasto Chávez y después por el indocumentado. Son lo que se podría llamar su «ejército en las sombras», las milicias infiltradas en las barriadas para hacer el trabajo represivo a favor del régimen de manera solapada. Esta es la razón por la que el oficialismo rojito creo las llamadas «zona de paz», un proyecto iniciado en 2013 que consistían en la entrega por parte de Maduro de sectores de la ciudad, bajo el ridículo argumento de que esto (entregar territorios al hampa) reducirían los niveles de inseguridad y violencia. Y, por supuesto, no fue así.

Según la organización Insight Crime, en Miranda, el estado con mayor cantidad de zonas de paz, las estadísticas de homicidios al año siguiente del inicio de este proyecto fue de 105 homicidios por cada 100.000 habitantes. Una cifra muy superior a la de 67 muertos por 100.000 habitantes que se presenta en el resto del país. A pesar de este evidente fracaso y de las muertes innecesarias, las «zonas de paz» siguen activas ofreciendo protección e impunidad a la delincuencia. Y es que mientras estos hampones sean útiles a la revolución, no serán tocados y todo operativo será solo una medida cosmética para tranquilizar a la opinión pública.

En cuanto a El Koki, tal parece que sus vacaciones han finalizado y ahora se apresta a recuperar su feudo. Por lo menos así lo indica los amenazantes mensajes realizados a los pobladores de las barriadas donde Revete exige que desocupen las casas confiscadas en el megaoperativo de julio que sólo dejó un cunaguaro preso. Estos mensajes no son tomados a la ligera por los habitantes del sector quienes temen el regreso de El Koki, aunque hay otros que prefieren la presencia de este hampón y su banda que seguir soportando los abusos de los cuerpos policiales emplazados en el área. Y es que en la Venezuela del chavismo, la única diferencia entre algunos delincuentes es que unos van de civiles mientras que otros van uniformados.


Redacción: Luis Alfredo González Pico

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