Si bien los diálogos en México entre la oposición democrática y la dictadura chavista no fueron considerados del todo creíbles para la gran mayoría de los venezolanos, se le dio el beneficio de la duda esperando que, en esta ocasión, ofrecieran resultados positivos para el país.
Sin embargo, hasta el momento tales diálogos han sido poco menos que publicitarios, ya que los problemas que aquejan a los venezolanos no han sido tratados con la profundidad que se precisa. Ya se habló sobre el Esequibo, y sobre creación de una Mesa Nacional de Atención Social para atender los problemas en materia sanitaria y de alimentación que padecen los venezolanos. Interesante punto, pero, ¿dónde está la Mesa Nacional de Atención Social ahora? ¿Quiénes la conforman? ¿Cuáles van a ser sus acciones para solventar el problema de COVID19? ¿Qué se ha hecho para mitigar el hambre de los venezolanos? ¿Cuánto habrá que esperar para esto? ¿Días? ¿Meses? ¿Años? ¿Otras dos décadas perdidas?
Y en cuanto al Esequibo ¿qué acciones concretas se han realizado? ¿Quién es la cara de este proceso de defensa territorial? Otro punto que no podemos obviar sobre la primera reunión es que el chavismo solicitó ponerle las garras a los recursos del FMI olvidando que Venezuela y el mundo saben que son ellos, el chavismo en pleno, los que han arrasado con las arcas de la nación. ¿Más carne para zamuro?
La tercera ronda de sanciones que fueron postergadas un día por la no presencia de los representantes de la dictadura, finalizó con un comunicado leído por el diplomático noruego Dag Nylander, mediador de las negociaciones por parte del Reino de Noruega. Dicho comunicado indicaba que «Las partes sesionaron y comenzaron la discusión sobre importantes puntos de la agenda acordada. También los diversos grupos de trabajo sostuvieron reuniones conjuntas donde se acercaron posiciones en la búsqueda de soluciones a los desafíos en materia social, económica y política». Igualmente señaló que «Se acordó realizar en lo inmediato varias sesiones de consulta con diversos actores políticos y sociales nacionales e internacionales para que se constituya, cuanto antes, un eficiente mecanismo de consulta y participación que pueda instalarse de manera incluyente».
Más aún, se estableció la necesidad de asegurar un «enfoque de género» durante el desarrollo de las negociaciones y los acuerdos alcanzados. Luego de días de diálogos se determinó sobre la necesidad de incrementar la «inclusividad y representatividad en la mesa de diálogo.
Todo lo anterior me hace recordar un comic de finales de los 60’, «Harry Mc Cool». Uno de los personajes de esta serie era un policía llamado Tom al que nunca se le entiende nada. Esto dio origen a una frase que aún se utiliza cuando alguien intenta explicar algo de manera confusa: «¿Qué dice Harry? ¿Qué dice?». Una expresión que cae como anillo al dedo ante el comunicado emitido por oposición y oficialismo sobre el tercer diálogo en México. ¿Qué dijeron? ¿Qué acordaron? ¿Qué decidieron? «¿Qué dice Harry? ¿Qué dice?»
Se suponía que hablaría sobre los presos políticos, sobre la administración de la justicia en Venezuela, sobre las condiciones para las elecciones que se acercan cada día más. Pero, ¿qué quieren decir con «acercar posiciones en la búsqueda de soluciones a los desafíos en materia social, económica y política» cuando millones de venezolanos, dentro y fuera de la patria, padecen de hambre, sufren injusticia y viven sin ningún futuro digno? ¿Retrasar el diálogo por temas de género e inclusividad, cuando estos son conceptos cuya discusión pueden llevar años por si solos?
Al parecer, la dictadura logró meter a la oposición en un bucle sin fin. Tomemos el caso de las elecciones. Están pautadas para el 21 de noviembre de este año y hasta el momento están tan contaminadas que no puede ser tomadas como justas ni transparentes. El evidente objetivo del chavismo es alargar los temas álgidos todo lo que puedan, así sea introduciendo discusiones bizantinas. Gracias a esto, la delegación de oposición no obtendrá garantías electorales ni antes de las elecciones ni después de las elecciones. Y a pesar de que convinieron una rimbombante «Mesa Nacional de Atención Social», tal parece que tampoco van a impedir que los cubanos experimenten con todo un pueblo una vacuna que no ha sido aprobada por la OMS. Bla-bla-bla.
Hasta el momento, todo apunta a que es el régimen dictatorial quien controla los resultados del diálogo. Todos sabemos que los asistentes a estos diálogos por parte de la oposición, se enfrentan a una organización criminal a la cual no le importa lo que suceda con los venezolanos. Pero eso estaba cantado desde el comienzo. ¿Tendrá la oposición una carta bajo la manga que de la vuelta a la situación? ¿Hay un verdadero plan para enfrentar al chavismo criminal? Todos esperamos que sí. El costo de haberse sentado a dialogar con los usurpadores fue alto: España volvió a reconocer a Maduro como presidente al asumir que los eventos de México era el fin de gobierno interino, una posición que podría ser imitada por otras naciones.
Sólo nos queda tener fe de que bajo tanto bla-bla-bla se esconda un knockout que libre a Venezuela de esta dictadura para siempre. Mientras tanto seguimos preguntándonos «¿Qué dice Harry? ¿Qué dice?»
Redacción: Luis Alfredo González Pico