Una investigación de la Universidad de Basilea en Suiza, y publicada en la revista científica Sleep de la Universidad de Oxford, detectó que el ejercicio físico aeróbico ayuda al bienestar de los pacientes con depresión unipolar y no afecta negativamente la conciliación del sueño, especialmente si se completa una sesión de 30 minutos al final del día.
Los 92 pacientes que fueron objeto del estudio se dividieron en dos grupos. El primero fue sometido a un entrenamiento de 30 minutos en una bicicleta estática a las 4:45 de la tarde, comenzando con un calentamiento de 5 minutos y luego un trabajo al 80% del umbral anaeróbico individual. En el segundo grupo, leyeron un libro durante 30 minutos a la misma hora. Los participantes llenaron un cuestionario, el Patient Health Questionnaire-9 (PHQ-9), sobre el estado de ánimo antes y después de las sesiones y luego se midió la eficiencia del sueño mediante polisomnografía.
Además de la eficiencia del sueño, también se evaluó el tiempo total de sueño, la latencia del inicio del sueño, el despertar después del inicio, el número de despertares, el porcentaje del tiempo total de sueño en las diferentes etapas y el sueño REM en proporción con el tiempo total.
La eficiencia del sueño y demás parámetros no se diferenciaron entre los grupos, sin embargo, el ejercicio aeróbico se asoció fuertemente con un mejoramiento en el estado de ánimo. El jefe de la investigación, Gavin Brupbacher, precisó: “Una sola sesión de 30 minutos de ejercicio aeróbico de intensidad moderada parece ser un estímulo suficiente para mejorar el estado de ánimo inmediatamente después de la sesión de ejercicio, sin embargo, podría no ser suficiente para afectar el sueño unas horas más tarde”.
También comentó: “Nos sorprendió que ninguno de los resultados relacionados con el sueño se viera afectado por la intervención, ya que se han demostrado algunos efectos positivos en pacientes con insomnio e individuos sanos”. En todo caso, los resultados parecen corroborar las afirmaciones de otros estudios sobre la efectividad del ejercicio físico regular para ayudar a aliviar la depresión y la ansiedad.
La relación causa-efecto no es del todo clara. Algunos investigadores indican que el ejercicio libera endorfinas y otras sustancias químicas cerebrales naturales que mejoran la sensación de bienestar y unos cuantos aseguran que no es un efecto químico, sino que el hecho de salir, formar parte de un grupo, adquirir habilidades y ver los avances corporales, simplemente alejan las preocupaciones de la mente cortando el ciclo de pensamientos negativos que alimentan los estados depresivos.
Algo es seguro, los beneficios para la salud mental de la actividad física duran solamente si se mantiene el hábito a largo plazo. Ahora bien, ¿qué hacer para sentirte motivado y permanecer así? A continuación algunos consejos:
- Busca una rutina que te resulte placentera. Si haces lo que disfrutas, te ayudará a seguir haciéndolo.
- Habla con el profesional de la salud mental que te atiende para que te brinde orientación. Revisa con tu médico cuál programa de ejercicios se adapta mejor a tu tratamiento general.
- Establece metas razonables. Planifica tu rutina con base en lo que puedes hacer y comienza gradualmente, adaptando tus actividades a tus necesidades y habilidades.
- No pienses en el ejercicio como si fuera una obligación, lo importante es que lo disfrutes. Considera tu programa de ejercicios como una herramienta que te ayudará a sentir mejor y no como otra carga pesada con la que debes lidiar.
La actividad física puede ser una estrategia saludable para enfrentar los problemas y también una forma positiva de controlar la ansiedad o la depresión, nada se pierde intentándolo.
Redacción: Enrique Hernández