El 91% De La Población Venezolana Sufre Inseguridad Alimentaria

Salud

El Observatorio Venezolano de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Ovsan) reveló que el 91% de la población venezolana sufre inseguridad alimentaria debido a la grave crisis económica que afecta al país. Según el reporte, los más vulnerables son los niños menores de 10 años de edad, quienes están padeciendo una fuerte malnutrición como consecuencia de una dieta basada en carbohidratos y carente de las proteínas, grasas y vitaminas necesarias. Liliana Yépez, miembro del Sindicato de Trabajadores de la Educación del estado Lara, expresó: “Una mala alimentación afecta la parte neurológica y repercute en el aprendizaje que estos (los niños) deben tener de acuerdo a su edad”.

La alimentación es un derecho universal consagrado en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales que fue adoptado por la Asamblea General de Naciones Unidas hace más de 55 años. El Artículo 11 reconoce el derecho de todas las personas a un adecuado nivel de vida, incluyendo una alimentación apropiada, y el derecho fundamental de todo ser humano de estar protegido del hambre. La seguridad alimentaria también es un derecho recogido por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Sin embargo, para cualquiera es evidente que actualmente Venezuela enfrenta graves problemas para garantizar la seguridad alimentaria y nutricional de su población y que el Estado no está preparado para combatir el terrible impacto que esta situación tiene sobre la salud en general. Por ejemplo, la nutricionista Elluz Peraza asegura que “las dietas ricas en harinas, almidones y azúcares (carbohidratos), son ricas en energía, pero usar a diario una dieta desequilibradamente rica en ellos trae como consecuencia malnutrición expresada en desnutrición y obesidad, trayendo consigo el riesgo de padecer enfermedades cardio metabólicas”.

¿Cómo es que Venezuela llegó a este punto de inseguridad alimentaria?

Para que el 91% de la población se haya visto afectada, debieron cometerse demasiados errores, sobre todo en una nación petrolera con enormes recursos y con un gobierno socialista que, por definición, tendría que haber distribuido de una mejor manera tales beneficios.

Todo comenzó con las expropiaciones en materia agroalimentaria impulsadas por Hugo Chávez. Al ser tomadas por el gobierno, las haciendas, industrias y empresas del ramo perdieron toda capacidad productiva y solo sirvieron para que funcionarios corruptos e incapaces medraran con ellas hasta agotarlas.

Al deteriorarse el respeto a la propiedad privada surgió la incertidumbre a la hora de invertir y una absoluta desconfianza mantiene a la agroindustria semiparalizada. Esto ha tenido como lógica consecuencia la reducción de la producción de rubros básicos e indispensables para subsistencia como arroz, palma aceitera, cacao, caña de azúcar, aves, bovinos, porcinos y pescado.

La negación de divisas, y ni hablemos de ayudas directas, para la adquisición de materia prima y maquinarias ha menguado la manufactura nacional de alimentos y la exportación legal de los mismos.

En resumen, el hambre y la malnutrición que sufre prácticamente toda la población venezolana fue causada por una pésima administración de nuestras riquezas, además de la arrogancia de un presidente que hizo de las expropiaciones un circo político. Aún no es tarde para recuperar la seguridad alimentaria de antaño, pero se requiere de voluntad política para incluir a todos los sectores productivos y eso no existe en la cúpula chavista.

Redacción: Alicia Salazar

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