Por qué la escasez del bicarbonato puede ser una sentencia de muerte para quien requiera diálisis

Salud

El bicarbonato, antiácido de amplio uso para aliviar la acidez estomacal y la indigestión ácida, es un producto que era fácil de encontrar en cualquier farmacia de Venezuela. Sin embargo, hoy en día, por la magia de la incompetencia chavista, ha desaparecido por completo, generando una escasez nunca antes vista. Y lo grave es que el bicarbonato no solo sirve para aliviar la acidez: también se utiliza para salvar vidas.

Las máquinas para diálisis requieren del bicarbonato para el proceso de purificación de la sangre en aquellos pacientes con daños en los riñones. Es un tratamiento vital para permitirle al paciente sobrellevar su estado, por lo menos hasta lograr un trasplante de un riñón sano y funcional.

Como todos sabemos, la dictadura de Nicolás Maduro suspendió los trasplantes en Venezuela desde hace años, lo que ha provocado la muerte de pacientes graves que se encontraban en lista de espera, niños en algunos casos. Pero ahora, para agravar la situación, no está llegando el bicarbonato necesario a los centros médicos obligando a los pacientes a pasar por un tratamiento incompleto. Tal situación que se puede considerar crimen de lesa humanidad, no es considerada por el régimen algo de relevancia, dejando a miles de pacientes al garete.

Pero los pacientes, sus familiares y sus amigos, no van a esperar el fin con los brazos cruzados. Una actitud que es respaldada por algunas ONG. Hoy, viernes 3 de septiembre, un grupo de pacientes volvió a levantar su voz en Mérida, a las afueras de la Unidad de Diálisis Diamerca, protestando por esta situación. Afirman -con justa razón- que «sin bicarbonato no pueden dializarse y sin diálisis sus vidas corren peligro».

Y el problema no es solo la incomprensible escasez de bicarbonato -recordemos que las sanciones impuestas a Venezuela no afecta la importación de medicinas o alimentos-; También está el abandono en el que se encuentran los centros de diálisis en todo el país. Un abandono tal que son los propios pacientes quienes se encargan de mantenerlos funcionando ante la aberrante incompetencia chavista.

Y si a esto le sumamos el escaso personal médico capacitado activo, los míseros salarios que estos reciben y los continuos atrasos con el que les llega, es más que evidente que la situación de la diálisis en Venezuela se encuentra al borde mismo del colapso lo que sería una condena de muerte para quienes necesitan de sus servicios.

La escasez del bicarbonato obliga a tomar medidas extremas que permita exprimir al máximo los pocos insumos que se reciben. Por ello, de las cuatro horas necesarias para un proceso de diálisis, ha sido necesario bajarlas a dos. Algo que juega en contra de los pacientes, ya que al no poder purificar su sangre de la manera correcta, disminuye su calidad de vida de manera drástica.

¿Tomará nota el régimen de esto? ¿Invertirán un poco de la vulgar fortuna que están gastando para liberar a Alex Saab en comprar bicarbonato? ¿Un poco de lo que ganaron con la venta amañada de la refinería en República Dominicana? La vida de miles de venezolanos depende de la compra de un producto que se puede importar desde cualquier país vecino. Solo hace falta un poco de voluntad y algo de empatía para ayudar a hombres y mujeres que lo único que aspiran es contar con los medios necesarios para mejorar su calidad de vida. Y poder, así, seguir luchado por un futuro al que tienen derecho.

Redacción: Luis Alfredo González Pico

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