¿Es la escasez de la gasolina en Venezuela un negocio para la corrupción?

Nacionales

El problema de la escasez de gasolina en Venezuela toca todos los sectores del país. Y a pesar de su gravedad, el régimen no hace nada para solucionarlo, aparte de comprar gasolina en el exterior a precio de oro, práctica corrupta que fue instaurada en el país por el mismísimo padre de la desgracia, el nefasto Chávez.

Ahora bien, mientras la dictadura asegura que no hay gasolina, esta parece no escasear para los llamados «enchufados», los oficialistas, militares y delincuencia quienes no ven afectada su movilidad al contrario de la gran mayoría de los venezolanos que no tiene acceso al combustible.

La facilidad con la que este lastre social obtiene gasolina hace pensar que si bien la escasez es real, el despacho del poco combustible en circulación se ha convertido en un verdadero negocio del que se alimentan los amigos del régimen. Recordemos, por ejemplo, que Leydi Gómez, gobernadora del estado Táchira, fronterizo con Colombia, ha acusado en reiteradas ocasiones al «protector» del pueblo impuesto por Maduro, Freddy Bernal, de estar a la cabeza de un multimillonario negocio de contrabando de combustible. No podemos olvidar que este elemento de oscuro historial, asumió la responsabilidad de controlar la frontera, la misma que, según la gobernadora del Táchira, engrosan las cuentas de esta ficha chavista a un ritmo de 12 millones de dólares al mes. Entonces, ¿la poca gasolina que se produce en Venezuela es para ser contrabandeada bajo las narices del régimen sin que este lo sepa? ¿El régimen no sabe lo que está sucediendo? ¿Lo tienen engañado? Tanta ingenuidad raya en lo ridículo.

Venezuela, dónde se producía la gasolina más barata del mundo y cuya producción bastaba y sobraba para cada rincón del país, dejó de producirla desde antes de la implementación de las sanciones de EE. UU. las cuales, dicho sea de paso, afecta más a funcionarios chavistas que al funcionamiento del país. Las 6 refinerías heredades por el chavismo de manos de la democracia, estaban en capacidad de procesar más de 1 millón trescientos barriles de petróleo. Después de que Chávez despidió a la gran totalidad del personal petrolero del país, este monto cayó como piedra directo a la crisis. Los expertos considera que, hoy en día, apenas se trabaja entre un 10% y un 15% de capacidad.

¿Se buscó crear una crisis de esta proporciones para subir al infinito el precio del combustible? Tal parece que esta ha sido la táctica del chavismo para enriquecerse a costa del pueblo. En 2019, Venezuela requería para movilizarse un promedio de 99.500 barriles diarios de diesel. Pero lo que se pudo distribuir en el país fue de apenas 66.000 barriles diarios, lo que deja un deficit de 35.000 barriles diarios. Esta cifra fue cubierta hasta finales de 2020 con envíos desde el extranjero, combustible que Nicolás Maduro pagaba con oro y a precios inflados lo que, se sospecha, le dejan una generosa comisión por cada buque que llegue a las costas venezolanas. En cuanto a los requisitos nacionales de consumo de gasolina, tenemos que estos llegan a 188.000 barriles por día, de los cuales se calcula que se cubren 142.000 bárriles por día, dejando un deficit de 46.000 barriles diarios. Como vemos, este monto no es el óptimo, pero ayudaría a cubrir las necesidades de primero orden… si su distribución fuera legal y trasparente.

La gasolina y el diesel se encuentran bajo control de los acólitos del régimen, sean estos civiles o militares. Esto les permite una discrecionalidad en su distribución que raya en lo vulgar, ya que venden el combustible a quien quieren, al precio que quieren como si fuera un producto propio y no algo que le corresponde al venezolano por derecho. Esto explica el porqué hay ambulancia, tractores y camiones de transporte detenidos por falta de combustible, mientras vemos a delincuentes en moto -con y son uniforme- sembrando el miedo por doquier, caravanas políticas pidiendo votos para los mismos rojitos que llevan a Venezuela al desastre y gandolas tras gandola cargadas de combustible directo a la frontera donde son vaciadas mientras que aquellos que deben velar por la seguridad del país, extienden la mano mientras miran en otra dirección.

Todo esto hace pensar que el régimen mantiene una escasez artificial con el único objetivo de incrementar el costo del combustible en su beneficio. Esto, al tiempo que manipula un feroz control para que el combustible llegue a quienes más les convenga en una brutal demostración de desprecio por el resto de los venezolanos. Y es que mientras las colas de autos crecen sin cesar en las estaciones de servicio donde se puede pasar un día esperando la llegada de combustible, Maduro se burla de todos enviando a Cuba, gratis, la gasolina que se compra a Irán como si fuera oro. Otra demostración más de cómo el chavismo estafa a todo un país.

Redacción Luis Alfredo González Pico

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