Si hay algo que saben hacer los chavistas es reciclarse eternamente. Esto es, cambiarle el ministerio a los mismos incompetentes, lo que garantiza los resultados mediocres que ha caracterizado a la dictadura. Este 19 de agosto de 2021, Nicolás Maduro decidió enrocar a uno que otro ministro, pasándolo de un campo del que poco saben a otro del que saben menos aún. Hoy te presentaremos quienes son los flamantes nuevos ministros de la dictadura.
Ministerio para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz y vicepresidente de Gobierno para la Seguridad Ciudadana
Para este cargo, Maduro eligió a Remigio Ceballos Ichaso, quien fuera el jefe de Estado Mayor del Comando Operativo Estratégico de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y artífice del desastre ocurrido en el Apure donde murieron soldados venezolanos al enfrentar al décimo frente de las FARC, grupo terrorista al que Maduro y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana recibieran con los brazos abiertos. A pesar de su incompetencia en el campo militar, se le reconoce como un chavista radical e incondicional para con la revolución. El tipo de «comisario político» que le gusta al «politburó» criollo. Se encuentra sancionado por los Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Europea.
Ministerio de Educación
En esta ocasión se seleccionó como Ministra de Educación a Yelitze Santaella, exgobernadora del estado Monagas y quien fuera tendencia por un video desde la cárcel donde los pranes de las más peligrosas bandas de la región le daban su apoyo e invitaban a votar por ella en las primarias para la selección de los futuros candidatos del PSUV a las gobernaciones. Sin embargo, tal parece que la militancia decidió «pasarle factura» por los problemas no solucionados de agua, gas, gasolina, etc. En una ocasión dijo que los docentes debían conformarse con lo que ganaban (menos de 3 dólares al mes) y que se pusieran a vender plátanos si querían incrementar su salario. Con este precedente, que Dios proteja a los docentes de Venezuela.
Ministerio para la Mujer y la Igualdad de Género
Según indica en su perfil de Facebook es «orgullosamente venezolana, militante del chavismo, soldada de Maduro y servidora al pueblo de Bolívar». Fue gobernadora del estado Cojedes, reelegida en 2017 en las elecciones amañadas que el chavismo realizó y que cuyos resultados no son reconocidos a nivel internacional.
Ministro de Desarrollo Minero Ecológico
Para este ministerio, Maduro echa mano de un militar, en este caso del almirante William Serantes Pinto, excomandante de la Armada y excomandante de la Región Estratégica de Defensa Integral (REDI) de Guayana, quien controlará un sector generador de millones de dólares en medio de anarquía, corrupción, asesinatos y daño ambiental. ¿Será parte del problema o de la solución?
Canciller de la República
Deja este cargo al intragable Jorge Arreaza, sustituido por el licenciado Félix Plasencia quien fuera embajador de Venezuela en China. Plasencia también fue Ministro de Turismo y Comercio Exterior entre 2019 y 2020.
Ministerio de Industrias y Producción Nacional
Es en este cargo donde Maduro acomoda al desechado Jorge Arreaza. Se considera un cargo de consuelo por alejarlo de las luces ante las cuales le encantaba actuar.
Vicepresidencia de Gobierno para el Socialismo Social y Territorial.
Para este cargo se nombra a Mervin Maldonado. Ya en 2020 fue designado como Ministro de Juventud y Deporte siendo reconocido como su único logro el acompañamiento de la delegación olímpica a Tokio y su trabajo de operador telefónico para que el dictador hablara con los medallistas (atletas que, por cierto, triunfaron sin apoyo oficial)
Como vemos, no hay un solo ministro designado que sepa algo del área en la que fue ubicado. Sólo destacan por su capacidad para obedecer las órdenes de Miraflores sin razonar en lo más mínimo sobre sus consecuencias. Esto significa que si alguien pensaba que las cosas mejorarían en Venezuela con estos cambios, basta con ver este lamentable tren ministerial para desengañarse. El chavismo no es conocido por darle oportunidad a la capacidad, sino por alentar la obediencia de sus subalternos. Dejar a los mismos perros con diferente collar es su receta para el desastre y no están dispuestos a cambiar, aunque con ello acabe con un país y sus habitantes.
Redacción Luis Alfredo González Pico