La hija millonaria del que decía que «ser rico era malo»

Nacionales

Muchos recordarán cuando el nefasto Hugo Chávez decía con desparpajo ante las cámaras de televisión que «ser rico era malo». De esta manera logró engañar a sus seguidores quienes vieron «dignidad» en la misera hasta el punto de aceptar vivir casi en la indigencia para placer de un elemento que desde la presidencia les mentía sin ruborizarse.

Hugo Chávez vivió como un rey mientras hundía al país en la miseria. Viajó por casi todos los países del orbe disfrutando de los más costosos hoteles que podía encontrar. Se dio lujos que pocos venezolanos se atreverían a soñar. Dilapidó en sí mismo y en sus amigos el dinero que entraba a raudales en las arcas venezolanas sin preocuparse en dedicarle algo al desarrollo del país. Todo era para él. Lo que entraba por petróleo, por hierro, por oro. Todo, en su enfermiza mente, le pertenecía, y hacía alarde de esto con una falta de moralidad absoluta.

A Chávez no lo importó Venezuela ni los venezolanos. Lo relevante eran las adulaciones que le llovían desde la izquierda con la única intención de desplumarlo del dinero que ni siquiera le pertenecía. Y funcionó. Muchas personas se volvieron millonarias a niveles obscenos, sin importarles el país que estaban destruyendo. Lo único que querían era tener dinero. Que fuera mal habido no importaba; era dinero. Como en el caso de María Gabriela Chávez, la hija de Chávez a la que llaman «la predilecta». La hija del que decía que «ser rico era malo» pero que, al igual que su padre, no le hace asco tener en su cuenta el dinero que, según rumores, Chávez robó a todo un país, ya que no hay soportes creíbles sobre el origen de esta fortuna.

Chávez, en su astuta manipulación, hizo ver a sus seguidores que los ricos era los culpables de todo, colocando a Lorenzo Mendoza, presidente del Grupo Polar como el enemigo. El Grupo Polar está conformado por diferentes empresas y han construido un imperio y una reputación a través de años y años de trabajo. Los chavista lo odian, porque odian su éxito, su capacidad de trabajo y su habilidad para crear proyectos.

Lo irónico es que odian a un hombre con una fortuna de 2.000 millones de dólares mientras que la hija de su líder «eterno», María Gabriela Chávez, que nunca ha trabajado realmente en su vida, hace alarde de una fortuna de 3.500 millones de dólares, según lo señala la revista Forbes. Una brutal fortuna levantada en menos de dos décadas, precisamente el tiempo que tiene el chavismo destrozando al país.

Sobre el origen del dinero, la hija de Chávez no da razón palpable de su origen. Al contrario, se burla de todos al declarar, con el mismo cinismo paterno, que lo obtenido había sido por la venta de productos por catálogo de la marca Avon.

En la referida publicación de diariolasamericas.com del 16 de agosto de 2021 se indica que «… en noviembre de 2018, María Gabriela fue acusada por la fiscal Luisa Ortega Díaz de haberse beneficiado del entramado de corrupción liderado por Alejandro Andrade, extesorero Nacional de Venezuela. Andrade fue encarcelado este año tras declararse culpable de haber recibido más de $1,000 millones en sobornos mientras fue funcionario público» agregando más adelante en la nota que «… en una entrevista, Ortega indicó que María Gabriela tenía dos investigaciones abiertas por lavado de dinero en la Fiscalía General de Venezuela (bajo el número MP 4391762016), en una de ellas junto a Leyba» (Morales), novio de «la predilecta», según se desprende de este mismo artículo.

La vida de María Gabriela Chávez es tan oscura como el dinero que disfruta a manos llenas. Sin capacidades conocidas para destacar en otra cosa diferente a la de ser la hija de un estafador, fue parte de la misión chavista de Venezuela ante la ONU, cargo en el que vegetó desde 2014 hasta que finalmente Nicolás Maduro la despidió en 2019. Perdido el cargo diplomático que la protegía de cualquier investigación que le abriera el gobierno de los Estados Unidos, comenzó a llevar un perfil bajo.

Se sabe que vivió en New York, el corazón del imperio que Chávez decía odiar, pero cuyos billetes adoraba. Sus allegados afirman que María Gabriela Chávez poseía tres apartamentos (pagados por PDVSA) en una de las ciudades más costosas del mundo, según se indica en una publicación de diariolasamericas.com del 18 de agosto de 2021. Según se comenta, ya sin pasaporte diplomático huyó a París donde vivió un tiempo para regresar a Venezuela, algo no confirmado.

Ahora bien, si tuvo que huir de Estados Unidos, ¿dónde escondió su fortuna de origen dudoso? En el mismo artículo del diariolasamericas.com se expresa la posibilidad de que el dinero se encuentre en diferentes bancos de Europa bajo el cuidado de múltiples testaferros como una manera de impedir alguna investigación que la lleven a ella. Sin embargo, no es un secreto que ya se está detrás de estas cuentas por lo que es posible que en el futuro sepamos un poco más de este tema y de «la preferida», la ostentosa hija de un sinvergüenza que engañó a sus partidarios condenándolos a la miseria mientras acumulaba para sí, los millones que el país necesitaba.

Redacción Luis Alfredo González Pico

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