¿Qué pasó con el satélite Simón Bolívar?

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Era el año 2005, cuando los gobiernos de China y Venezuela firmaron, un 1° de noviembre, el acuerdo de cooperación que le permitiría a Venezuela colocar en órbita un satélite de diseño y construcción china. Así iniciaba el Programa Espacial VeneSat-1, el cual abarcaba la fabricación y lanzamiento del satélite Simón Bolívar, la construcción y el equipamiento de las estaciones de control en tierra, además de la preparación del personal venezolano a cargo del proyecto.

Se destinaron más de 400 millones de USD para este programa, cuyo objetivo era “Ampliar las redes de información y comunicación entre todos los entes gubernamentales públicos, centros, organizaciones y comunidades” lo que supondría una mejora y simplificación de los trámites y procesos.

El miércoles 29 de octubre de 2008, se realizó el lanzamiento del satélite, desde el Centro de Satélites de Xichang, ubicado en el suroeste de China. El Satélite Simón Bolívar se ubicó en una órbita geoestacionaria a 35.784,04 km de la superficie terrestre.

Algunos vieron el evento con profunda esperanza y lo consideraron un gran logro y una señal del progreso del país. Otros, sin embargo, fueron más escépticos y por años se comentó que las telecomunicaciones no mostraron mejoría a pesar de que el país tenía su propio satélite. Incluso hubo ingenieros que mostraban como en algunas transmisiones vía satelital donde se suponía hacían uso de este satélite chino, aparecía la nomenclatura correspondiente al Intelsat, satélite de los Estados Unidos.

De acuerdo a las declaraciones oficiales, el VeneSat-1 se empleaba como soporte a la red de telefonía móvil celular del Estado, servicios de televisión directa al hogar y el acceso a Internet en comunidades deprimidas, incluyendo el programa de Infocentros. Las cifras oficiales estimaban que las 11 mil antenas a nivel nacional conectadas directamente con el Venesat-1 beneficiaban a “más de 2 millones de usuarios con la ampliación de servicios de voz y datos, y a 5 millones de venezolanos en total”.

Pasaron los años, y el satélite, cuyo tiempo de vida se estimaba en 15 años, se dio por perdido el 13 de marzo de 2020, tras salirse de su órbita.

El Ministerio de Ciencia y Tecnología realizaría el anuncio oficial el 25 de marzo de ese mismo año, con un muy breve comunicado que no daba detalles del origen de la falla y solo decía lo siguiente: “luego de 12 años de operaciones, y debido a una falla, el satélite Simón Bolívar no continuará prestando servicios de telecomunicaciones”.

Gran parte del país se vio con problemas e interrupciones constantes en el servicio de internet justo en un momento crítico, la cuarentena derivada de la pandemia. Para otros no hubo gran diferencia, porque ya venían viviendo constantes caídas de las telecomunicaciones que se asociaban a los frecuentes cortes eléctricos a los que se veían sometidos desde el gran apagón nacional del 2019.

Según el portal venezolano Runrunes.com, el Gobierno venezolano habría solicitado apoyo de Estados Unidos para traspasar “casi todos los servicios de televisión y radio que funcionaban con el satélite Venesat-1 al satélite norteamericano Intelsat 14”. Al parecer, a pesar de las sanciones económicas impuestas por Trump, esta solicitud se aprobó.

Luego de esto muchos se preguntan, ¿es acaso este el fin de “la independencia tecnológica” de nuestro país la cual, irónicamente, se basaba en los bajos rendimientos de un satélite chino? El tiempo nos lo dirá.

Redacción: Enrique Hernández

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