Ahymara Espinoza, El Sueño Cumplido De Una Atleta Olvidada

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Participar en los Juegos Olímpicos es la mayor ilusión de todo atleta de alto rendimiento. En Venezuela, la realidad es dura con la mayoría de los deportistas y Ahymara Espinoza no fue la excepción.

El pasado 30 de julio, la balista venezolana Ahymara Espinoza de 36 años registró 17.17 m en su mejor lanzamiento y, aunque no le alcanzó para estar en la final del impulso de bala, para ella fue la digna conclusión del arduo camino emprendido para cumplir su sueño de representarnos en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Ella misma lo declaró una vez terminada la competencia: “Estoy aquí representando a mi país. Me siento satisfecha de haber estado aquí. Me siento campeona, me siento ganadora, porque pasé por muchas circunstancias y el hecho de estar aquí es algo que me motiva y me llena. No salieron los resultados como quería, pero nada, a seguir luchando y mejorando”.

¿Cuáles fueron las circunstancias por las que pasó?

Ahymara entrenó en Barlovento, en un rincón habilitado de un campo de beisbol deteriorado. “Un atleta de alto nivel no trabaja en las condiciones que yo trabajo. Hace falta ese equipo multidisciplinario para trabajar y lograr el objetivo que es ganar”, dijo en aquel entonces.

Su sueldo como profesora de educación física ronda los 3,74 dólares al mes y un par de becas como atleta suman 3,12 dólares, que ni siquiera son suficientes para cubrir sus necesidades básicas. En vista de eso, solía trabajar en su vehículo como taxista superando el miedo a la delincuencia.

A pesar de todo, ella quería llegar a Japón y pidió la ayuda que necesitaba para cumplir su sueño. Aunque fue olvidada por las autoridades del deporte, no se amilanó y siguió entrenando sola durante los nueve meses anteriores a los Juegos Olímpicos. Se grababa con el celular para apreciar sus ejercicios y corregir los aspectos técnicos.

Espinoza admite que pasó por momentos de gran angustia, pero siguió pidiéndole a Dios para tener la oportunidad de viajar a Tokio. Practica el lanzamiento de bala desde los 11 años de edad y fue ganadora de la medalla de oro en los Juegos Bolivarianos de 2013 en Perú, medallista de plata en los Juegos Suramericanos de 2018 en Cochabamba y compitió en Río 2016, donde quedó en el décimo puesto.

En su camino a Tokio, Ahymara se quedó a solo 30 centímetros de la marca mínima para clasificar directamente, lo que la alejó, momentáneamente, de su meta. Por fin, el 30 de junio el Comité Olímpico Venezolano confirmó, vía Twitter, que Espinoza había clasificado en virtud de su ránking completando así la delegación de 43 atletas que siguen brindando su mejor esfuerzo en estos juegos olímpicos.

En cuanto a los planes futuros, una vez logrado el duodécimo lugar olímpico, aseguró que seguirá trabajando y se enfocará en participar en el mundial de su disciplina que se celebrará el próximo año. Esperemos que no la olviden y le proporcionen el apoyo que tanto ha solicitado.

Redacción: Lis Parra

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