Llegamos al mes de agosto de 2021, el mes 43 de la hiperinflación provocada por la ineptitud del régimen chavista; una hiperinflación que afecta a la mayoría de los venezolanos, casi todos en caída libre a una pobreza absoluta sin que se vea una solución para detenerla.
Para ilustrar esta situación con números, la inflación interanual de Venezuela fue de 2.950% según lo indica el Observatorio Venezolano de Finanzas, calculándose que la inflación acumulada para el cierre de 2021 estaría por el orden del 5.500%. (swissinfo.ch, 16.06.2021). Los expertos a nivel internacional aseguran que la hiperinflación puede revertirse prohibiendo la impresión de dinero sin respaldo, liberando el tipo de cambio en los mercados financieros, mejorando el planteamiento del gasto público y reduciendo la volatilidad de la moneda provocada por la intervención gubernamental entre otras medidas económicas. Pero para la dictadura Chavista, basta con eliminar los incómodos ceros a la moneda para que la hiperinflación se evapore en el aire. Ya lo intentó el déspota Chávez al ordenar eliminar tres ceros, acto inútil repetido por el ilegal Maduro quien «borró» cinco ceros cuando volvieron a ser demasiados. Medidas ridículas que demuestran el fracaso en el manejo de la economía por parte del comunismo.
Para el chavismo, las únicas reglas que existen son las que se inventan, aunque ninguna sirve. Desde que Chávez alcanzó la presidencia de un próspero país que se encargó de destruir por órdenes de los Castro, el chavismo ha tratado de torcer las leyes de la economía acumulando fiasco tras fiasco, todos ellos a costillas del empobrecimiento de la nación.
Según una nota de la agencia de noticias Bloomberg, publicado en julio, el BCV, el Banco Central de Venezuela bajo control de la dictadura, estaba preparándose para eliminar seis ceros al bolívar, pero sin modificar las causas que general a la hiperinflación, razón por la cual se necesitará agregar nuevos ceros a la moneda para compensar su pérdida de valor. Esta eliminación de ceros (no confirmada por el BCV o por otra voz autorizada de la dictadura) se hace con el único fin de hacer manejable los cálculos. Tantos ceros amenazan con hacer imposible el uso de las máquinas fiscales las cuales pueden manejar un máximo de ceros y no los que los genios económicos de la dictadura determinen.
Así que, como vemos, la dictadura repite la misma fórmula errada para enfrentar a la hiperinflación lo que demuestra su nulo interés en detener esta situación. Pero ¿son en verdad tan incompetentes los responsables de las finanzas del régimen, o es que la hiperinflación es una situación que le favorece de alguna manera a los altos cargos, enchufados y militares vendidos? Este pudiera ser tema para un próximo artículo.
Redacción Luis Alfredo González Pico
