Arrecifes venezolanos bajo amenaza

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Cuando se hablan de arrecifes, casi siempre viene a la cabeza la barrera de coral, el inmenso arrecife que se extiende por más de 2.300 kilómetros bajo las aguas en las cercanías de Australia. Sin embargo, los arrecifes existen en muchos lugares del mundo, quizás no tan espectaculares, pero definitivamente igual de mágicos.

Venezuela cuenta reservas marinas y cerca de 700.000 hectáreas de manglares distribuida en doce grupos de islas con presencia en el 33 por ciento de las costas. En las aguas que rodean estas dependencias crecen arrecifes que son el hogar de la orbicella, un coral de gran importancia para la preservación del bioma marino. Un bioma que, hoy en día, se encuentra amenazado.

Cuando el desarrollo es irracional.

Según encontramos en descifrado.com en su nota del 3 de agosto de 2021, «… en mayo de 2019, la empresa Lake Blue, de la cadena Hesperia, empezó a construir un canal de navegación de 1,5 kilómetros de largo y 1,5 metros que cruzará los manglares de Cuare. Esos manglares son parte del Refugio de Fauna Silvestre de Cuare, primer Sitio Ramsar (determinado por la Convención Internacional para la Conservación de los Humedales) en Venezuela. Desde hace más de un año la Fundación Azul Ambientalista protesta contra ese proyecto que contamina con sedimentos y hace que se pierdan zonas de reproducción y cría de muchas especies. Entre ellas está un coral esencial: la orbicella.

Pero, ¿por qué es tan importante la orbicella?

Por una razón muy sencilla: esta especie es, en sí, la constructora de los arrecifes. Así es. Por medio del carbonato cálcico de sus esqueletos, esta especie es la base sobre la que se forman los arrecifes. Y como los arrecifes son en sí un bioma propio de gran diversidad y belleza, pero frágil en extremo, lo que pase con la orbicella determinará el futuro de la estructura marina de y todas las especies que dependan de ella.

Los peligros para los arrecifes.

El cambio climático repercute en las temperaturas de las aguas y este cambio de temperatura puede acabar con la orbicella. Y es que cuando se afirma que se trata de una especie delicada, no es en broma. Pero la temperatura no es su único enemigo. También está la contaminación de las aguas y la actividad humana. Una nota de 1noticia.info publicada el 14 de octubre de 2020 se denuncia el daño provocado en el Parque Nacional Morrocoy a causa de la fuga de una sustancia química proveniente de la refinería de El Palito, en el estado Carabobo. Y en una nota de revistapersea.com del 25 de mayo de 2017, ya se advertía sobre los daños ocasionados a los arrecifes por el exceso de visitantes y la decadente actividad de protección medioambiental la cual fue abandonada por el régimen chavista. De hecho, la nota indica que «… las áreas que están en buenas condiciones, lo están debido al efecto residual del buen manejo que tuvo el parque por mucho tiempo. Lamentablemente a medida que el turismo se comienza a dispersar por el parque, llegando cada vez más lejos a esas zonas prístinas, el efecto de estas actividades y su interacción con los incrementos en la temperatura superficial del mar constituyen una amenaza muy importante con impactos negativos que serán visibles a muy corto plazo. Esto además se agrava muchísimo con la sobrepesca, especialmente la extracción de (peces) loro. El mero disminuyó sus reservas increíblemente en algo menos de una década debido a la sobrepesca…»

Conclusión.

El medio ambiente es un elemento que debe ser privilegiado en cuanto a su protección por cualquier gobierno. Sin embargo en Venezuela, con la llegada del chavismo, todos los proyectos relacionados con este apartado fueron abandonados por completo. En el momento en que lee esta nota, en Los Roques, uno de los lugares más hermosos de las costas de Venezuela y área protegida, se están levantando edificaciones de lujo sin respetar las normativas y en detrimento del medio ambiente. Nada para sorprenderse, si se toma en cuenta que, con el aval de la propia dictadura chavista, empresas extranjeras y grupos terroristas están destruyendo a la Gran Sabana para extraer las riquezas de su subsuelo. Crimen ecológico del que el régimen de Nicolás Maduro saca su tajada.

Esto nos demuestra que no sólo son los venezolanos los que están necesitados de un cambio de gobierno para poder soñar con mejorar su estado, sino el propio medio ambiente requiere de este tipo de cambio para poder detener un colapso que acabaría convirtiéndose en una verdadera tragedia nacional de incalculable alcance.

Redacción Luis Alfredo González Pico

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