Cuando se decidió la conformación del CNE, se objetaron muchos elementos como la evidente parcialidad política de los rectores del PSUV y el hecho de que fueron seleccionados por una AN írrita, protestada por la oposición democrática y no reconocida internacionalmente.
Sin embargo, se decidió darle un voto de confianza, sobre todo por la presencia de dos rectores que simpatizan con la oposición y quienes, según ellos mismos afirmaron en su tiempo y reafirman ahora, harán todo lo posible para ganarse la confianza de las personas en este órgano comicial tan prostituido por el chavismo. Lamentablemente, esto es algo que aún no se ha logrado.
Una de las decisiones más comentadas (algo que algunos llegan a calificar de «logro») es la habilitación de la tarjeta de la MUD, la Mesa de Unidad Democrática, que fue fundamental para conquistar la Asamblea Nacional de 2015, la misma asamblea que luego fue anulada por la dictadura por intermedio del TSJ rojito, violando el trabajo parlamentario legítimo.
Ahora bien, ¿es en verdad un triunfo la devolución de la tarjeta de la MUD? Hay que tomar en consideración de que la tarjeta fue inhabilitada por sentencia del TSJ chavista y este no se ha pronunciado sobre lo dicho por el CNE. Es decir, fácilmente puede sentenciar que dicha tarjeta sigue inhabilitada por falta de una sentencia en contra, afectando el panorama político a pocos días de las elecciones. Quien considere que esto es imposible, bien poco que conoce las andanzas de la dictadura.
Por otro lado, ¿es relevante una tarjeta electoral cuando los principales políticos de la posición están inhabilitados, en la cárcel o en el exilio? ¿Marca en verdad alguna diferencia ante la gran cantidad de partidos políticos intervenidos por el «todo-en-uno» del TSJ, que ha entregado la presidencia a títeres complacientes con el chavismo? ¿Olvidamos lo sucedido a Acción Democrática, Primero Justicia, Voluntad Popular, Copei y otros?
Es algo prematuro, por no decir inocente, creer que un partido político nacido en democracia, pero con junta Ad Hoc aliada a la dictadura, será un representante creíble de sus partidarios. Y a pesar de la importancia de aclarar esta situación de secuestro de los partidos políticos, el CNE no ha hecho declaración alguna sobre este punto, o sobre la participación de observadores electorales o el cumplimiento de importantes temas como lo es la depuración del REP. Y es que para convencer hay que mostrar resultados. Porque para palabras vacías, ya tenemos suficiente con la chachara incoherente de Nicolás Maduro.
Redacción: Luis Alfredo González Pico