Hace apenas dos días, el régimen criminal de Nicolás Maduro hizo un homenaje al padre de los tristemente célebres hermanos Rodríguez, en otro lamentable intento por convertir en ejemplo la vida de alguien lejos de ser el ciudadano modelo que se quiere hacer ver.
Por esto, para aclarar un poco las cosas sobre este oscuro personaje, hoy vamos a hacer un pequeño recorrido por la vida de un elemento cuyo único mérito, si es que así se le puede llamar, es haber realizado el secuestro más largo ejecutado en Venezuela, el del norteamericano William Frank Niehous.
Según Wikipedia, Jorge Antonio Rodríguez «fue un guerrillero, dirigente estudiantil y político de izquierda venezolano. Fue dirigente del Movimiento de Izquierda Revolucionaria y, posteriormente, fundador de la Liga Socialista». Nació en Carora, estado Lara, en 1942. Su actividad política lo llevó a ser parte de Acción Democrática aunque por poco tiempo. En 1960 crea, junto con Moisés Moleiro, Héctor Pérez Marcano y Domingo Alberto Rangel, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Aunque parezca increíble, este corpúsculo de izquierda radical nace de una escisión de Acción Democrática. Tal parece que a Jorge Antonio Rodríguez le parecía mejor un Fidel Castro que fusilaba a campesinos sin misericordia, que el gobierno demócrata de Rómulo Betancourt. Interesante.
Ya desde la universidad (estudió en la UCV, la misma universidad que el gobierno que sus hijos apoyan ha destruido), mostraba una inclinación hacia la izquierda. En 1973 se convierte en uno de los propulsores de la «Liga Socialista», un movimiento de izquierda revolucionaria en el que llegó a ocupar el cargo de secretario general. Ya para ese momento, década de los setenta, Jorge Antonio Rodríguez y su Liga Socialista lanzaba el grito de batalla de «¡el socialismo se conquista peleando!», un detalle que nos ilustra sobre el pensamiento violento de quien se considera con el derecho de imponer su ideología no necesariamente por la vía pacífica. Y para reafirmar esto, la Liga Socialista llegó a contar con su brazo armado, la Organización de Revolucionarios, OR, la cual estaba comprometida con la violencia como camino para lograr sus fines. No tardaría mucho en demostrar que para Rodríguez, el fin justifica los medios.
Tres años después llevó este pensamiento a la acción, al participar en el secuestro del estadounidense William Frank Niehous, presidente de la Owens-Illinois, a quien acusaban de ser agente de la CIA. Es de notar que para quien se precie de ser revolucionario, todos aquellos que no están a su favor son agentes de la CIA, estratagema que fue replicada por Chávez para destruir a la oposición.
El secuestro de Niehous duró tres años y cuatro meses. Al final, se logró el rescate del empresario con vida y la detención de los secuestradores, entre los que se señalaba a Jorge Antonio Rodríguez. Fue capturado por la DISIP, muriendo poco tiempo después a la edad de 34 años. Las investigaciones abiertas por este caso por la Fiscalía del gobierno de Carlos Andrés Pérez denunciaron que Rodríguez había muerto de un infarto producto de las torturas recibidas durante su detención.
Como vemos, Jorge Antonio Rodríguez no fue ningún mártir de la patria, ya que su detención fue a consecuencia de estar relacionado con un secuestro, uno de los delitos más despreciables que se conozcan. William Frank Niehous duró un poco más de tres años al filo de la muerte mientras su familia pasaba por un verdadero infierno al desconocer cómo se encontraba. Y aunque su muerte en manos del estado es algo inaceptable, hay un detalle interesante en esto: fue el Fiscal del gobierno democrático de Carlos Andrés Pérez quien denunció la tortura, algo muy alejado del sistema represivo que los hijos de Rodríguez ayudan a sostener. Más aún, a pesar de que tanto Delcy como Jorge Rodríguez afirman que la muerte de su padre quedo impune, mienten con conocimiento. La verdad es que los policías responsables de esta muerte fueron condenados a 20 años de cárcel, según lo reseña elestimulo.com en su publicación del 30 de julio de 2018. Pero así trabaja la hipocresía chavista: mintiendo para confundir..
En la publicación del 28 de enero de 2020 de libremercado.com se indica que «En 1976, el padre de Delcy (Rodríguez), un guerrillero dirigente del Movimiento de Izquierda Revolucionaria y fundador de la Liga Socialista, pidió el rescate del norteamericano. Junto a otros terroristas cobró una fortuna de millones de dólares. Pero no lo liberó. William Frank Niehous siguió secuestrado y apareció dos años después en una operación rutinaria policial. Jorge Rodríguez fue detenido y enviado a prisión donde supuestamente murió torturado.» Esto arroja un poco más de luz sobre el lóbrego pasado de Antonio Rodríguez.
Es más, en esta misma publicación podemos leer que «Tal y como revela el periodista venezolano Roberto Mansilla, afincado en España, Delcy y su hermano, Jorge Rodríguez hijo, se hicieron millonarios con el dinero del rescate del secuestro. “Todo el mundo sabe este hecho en Venezuela”. Así, fueron a estudiar a la Universidad de La Sorbona en París. En Francia alternaron con las élites marxistas de la época. Delcy se proclamó leninista, estalinista y era devota del comunismo chino de Mao Zedong». Ahora entendemos el sadismo de estos hermanos para con sus propios conciudadanos, acostumbrados como parece que lo estaban, de disfrutar del dinero proveniente del delito.
Extendiendo un poco más la nota, encontramos con que «…recientemente declaró (Delcy) que la revolución que su hermano y ella iniciaban era una revolución de venganza por lo que le hicieron a su padre. Es cómplice de haber tapado y silenciado las torturas a estudiantes y disidentes de abril y junio de 2017. Fue en el periodo prolongado de protesta de activistas políticos en Venezuela. Murieron por la represión más de 120 manifestantes”. Tenebrosos principios inculcados por el “héroe” de la patria que insisten que es.
Sobre Jorge Antonio Rodríguez sólo se puede decir, con certeza, que fue guerrillero, izquierdista y secuestrador. Murió torturado y sus torturadores fueron identificados, juzgados y condenados. Es decir, hubo justicia. Sus hijos, por otra parte, están entre los señalados de cometer crímenes de lesa humanidad, de promover la tortura, de destruir a Venezuela y negar cualquier tipo de justicia en una aberrante demostración de venganza de la que no se escapan ni los niños que se mueren de hambre, ni los enfermos que mueren por falta de insumos, ni los ciudadanos que mueren por protestar, ni los caminantes que mueren en las carreteras del mundo. Su padre, Jorge Antonio Rodríguez es para Delcy y Jorge solo una ficha más para justificar su odio. Lo utilizan a beneficio propio sin la menor muestra de decoro ni de sentimiento alguno. Es, en definitiva, un simple mártir de papel fabricado a la medida de sus ambiciones.
Redacción: Luis Alfredo González Pico
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