Moscú envía comida a Cuba para sostener a la dictadura castrista

Internacionales

Desde que Fidel Castro tomó el poder en Cuba bajo el amparo de la extinta URSS, a Moscú siempre le ha interesado mantener a un socio sumiso en América Latina, territorio que sueña con arropar bajo el sanguinario símbolo del martillo y la hoz. Es por esto que el gobierno ruso sostuvo este régimen parasitario durante años, hasta la disolución de la URSS en 1991.

Tal hecho histórico que tendría como efecto colateral la caída del régimen cubano por su incapacidad de sostenerse solo, fue detenido por la aparición de una ficha comunista en la figura de Hugo Chávez Fría, golpista fracasado en 1992, elegido presidente de Venezuela en 1998. Una de las primeras acciones de Chávez fue entregar el control de Venezuela a Cuba. Desde entonces los Castro pasaron a exprimir a la nación más rica de América Latina con la ayuda de su títere en la presidencia hasta que, al igual que el cáncer, acabaron llevando a la quiebra a la nación.

Sin una nación con recursos para chulear, Fidel y Raúl Castro se vieron ante una situación de crisis en la isla. Ya no era suficiente las migajas que le robaban a los venezolanos para mantener el régimen castrocomunista. Los problemas en el pueblo cubano fueron creciendo poco a poco a la par que el descontento ante el régimen asesino que los mantenía cautivo en la isla.

Esta crisis causada por la ineptitud inherente del comunismo acabó por generar un levantamiento popular, sorpresivo en su intensidad y extensión. El pueblo pedía libertad, comida, medicinas. En fin, una vida digna.

Los acontecimientos de Cuba causaron gran preocupación entre el club de dictadores de América Latina: Nicaragua, Cuba, Venezuela y los potenciales socios, Argentina, Bolivia, México y Perú. Pero sobre todo, en Rusia. Putin ha intensificado la presencia rusa en regiones sensibles y no podían permitirse que la amenaza del comunismo desapareciera del Caribe. Para sostener al régimen, más que para ayudar al pueblo, han enviado 90 toneladas de alimentos a la isla, con la promesa de realizar más envíos en el futuro.

El domingo pasado, dos aviones de carga llegaron a La Habana a modo de salvavidas para la dictadura cubana, en un intento por calmar con la comida el clamor popular del pueblo por su libertad. Nunca debemos olvidar que desde los tiempos de Josef Stalin, la comida es utilizada como un arma de control social del comunismo, algo que dejó bien en claro este monstruo al afirmar sin tapujos «Si controlas la comida del pueblo, tú controlas al pueblo. Y van a estar agradecidos a lo poco que le damos».

Podemos dar por seguro que la comida y medicinas que Cuba reciba para paliar el hambre del pueblo, será utilizada para someterlo. Los que protestaron contra el régimen serán castigados recibiendo menos que lo que recibirán quienes defendieron a la dictadura. Los venezolanos han padecido en carne propia este abominable sistema de manipulación social. La aparente «generosidad» rusa con el envío de estos dos aviones, es solo una apuesta por la supervivencia del comunismo en la región, no por la supervivencia del pueblo. Los 121 millones de personas asesinadas por el comunismo lo demuestran.

Redacción: Luis Alfredo González

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